Coixet y Patino exponen en Shanghái la evolución de España

EFE

CULTURA

Miguelín, un bebé animado de 6,5 metros, muestra en la exposición internacional los conceptos que las ciudades españolas pueden aportar en un futuro.

19 abr 2010 . Actualizado a las 23:21 h.

La evolución y el futuro de España es la temática a la que se han enfrentado los directores de cine Isabel Coixet y Basilio Martín Patino al dotar de contenido el Pabellón español de la Exposición Universal de Shanghái, que se inaugura el próximo 1 de mayo.

«Atención, señores, que comienzo». Así da la bienvenida Martín Patino al espectador en un vídeo que, al ritmo de El retablo de Maese Paedro, del músico español Manuel de Falla, recorre la transformación social vivida por España desde el éxodo rural hasta la época actual.

Imágenes tan famosas como el cartel de Tío Pepe en la Puerta del Sol en Madrid, el tradicional caldo español Gallina Blanca, el inolvidable coche mini o los veraneantes disfrutando del calor en las playas de Benidorm, acercan rápidamente al público a la cultura española.

Siempre acompañado por la música de Falla, que califica de «poética, en la que te dejas llevar y es como estar en una nube», Martín Patino cuenta en seis minutos, en definitiva, la historia de la gente anónima «que somos nosotros mismos».

En este recorrido por el pasado y el presente de España, el autor de películas tan célebres como Nueve cartas a Berta (1966) no deja a un lado acontecimientos como los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

«No está lloviendo, es Madrid la que llora», reza uno de los carteles en una imagen en la que miles de personas escondidas bajo sus paraguas recorren las calles de la capital española, y con la que el director muestra la solidaridad del pueblo.

Así, en la sala «Ciudades», de 800 metros cuadrados, 14 metros de altura y con cinco pantallas inmensas, Martín Patino, de 80 años de edad, experimenta a través de «un festival de imágenes» con un «lenguaje nuevo y atrevido» que le ha conducido a un producción «absolutamente insólita».

A este espacio, que sucede al de Origen, de Bigas Luna, le sigue Hijos, de Coixet, al que el visitante accede por un pasillo donde las proyecciones de unos bebés saludan, en español y en chino, con un «Hola» y un «Ni hao».

Porque los niños son, según la directora, una de las pasiones que comparten las culturas española y china.

Por ello, Coixet ha dado vida a Miguelín, un bebé animado de 6,5 metros de alto que, por medio de sus sueños, muestra los conceptos que las ciudades españolas pueden aportar en un futuro.

«Cuidar a los niños realmente es pensar en su futuro de una manera muy concreta, que es que, si contaminamos, estamos perjudicando su futuro», subrayó hoy a Efe la directora en la presentación de ambas salas en Pekín.

Mediante diez pantallas ubicadas en el suelo de la sala, y donde concluye la visita al pabellón, Miguelín cuenta historias que van desde las energías limpias y la solidaridad hasta la educación o la igualdad, y todo ello relacionado con la «sociedad española en un futuro bastante inmediato», apunta Coixet.

Respecto al nombre de Miguelín, la también guionista y publicista catalana apunta que estuvieron barajando nombres «y 'Miguelín' es un nombre simpático, un nombre de niño, y además lo del -in les cuesta muy poco decirlo a los chinos», explica.

«Yo he venido a aprender, a escuchar a la gente que lleva tiempo aquí, a ver realmente qué cuentan algunos artistas y escritores, a ser muy humilde y ver qué se puede absorber», comenta Coixet.

Con motivo de su visita a Pekín, el Instituto Cervantes proyectará un ciclo de sus películas que dará comienzo esta tarde con «Mapa de los sonidos de Tokio», un film del que la autora dice sentirse «muy orgullosa».

El espacio español es uno de los pabellones nacionales más grandes del evento, con 7.624 metros cuadrados construidos, en el que se han utilizado 8.524 paneles de mimbre para recubrirlo, en homenaje al arte de la cestería española.

Su presupuesto total es de 55 millones de euros (73 millones de dólares), 11 millones de euros (14 millones de dólares) menos de lo proyectado en un principio debido a la crisis económica.