Hallan por primera vez en Galicia un pendiente romano de oro

CULTURA

Hace dos años se encontró una joya similar en Jerusalén, pero son infrecuentes estos hallazgos

26 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los arqueólogos Ángel Concheiro y Alberte Redoreda, de la empresa Arquestudio S.?L., han hallado el primer pendiente de oro femenino, de época romana, que aparece en Galicia en un contexto de una excavación arqueológica científica. La aparición de este tipo de piezas es muy infrecuente en todo el mundo romano y la última vez que tuvo lugar un hallazgo similar fue hace dos años en Jerusalén, un hecho que alcanzó entonces una repercusión científica y mediática amplísima a nivel mundial.

El descubrimiento tuvo lugar durante la segunda campaña de excavación de A Cruz do Castro, yacimiento castreño ubicado en la parroquia de Carballedo, en el concello de Cotobade. La pieza, datada entre los siglos II y III, apareció en una villa romana situada en las estribaciones del antiguo castro. Junto a ella, también se localizó un anillo de bronce y una moneda romana, que no facilitó más datos debido a su mal estado de conservación.

La tipología de la pieza es conocida con la denominación «pendiente de esfera» por su característica forma abombada. Los orígenes de estas piezas están datados en el siglo I a.?C., aunque hay distintas teorías respecto a su localización, porque algunos estudiosos apuestan por Roma, mientras que otros se decantan por el Mediterráneo oriental. «O ouro fóra de Roma é máis infrecuente. A maioría das xoias en ouro aparecidas son masculinas, pero a xoiería en ouro feminina é pouco común», dice Ángel Concheiro.

Este «inaure» o pendiente de oro desarrolla, tanto técnica como ornamentalmente, una tipología romana que se difunde a partir del siglo I a.?C. Su presencia documental está reflejada perfectamente en las tablas funerarias del yacimiento romano de El Fayun (Egipto), muchas de ellas depositadas en el Brooklyn Museum of Arts de Nueva York.

Desde su localización el pasado verano, la pieza ha sido estudiada por la profesora de la Universidade de Santiago de Compostela, Raquel Casal, y en los próximos días será depositada en el Museo Provincial de Pontevedra.

A la moda

Este descubrimiento abre una serie de hipótesis relacionadas con los propietarios de esta pieza, que recordemos vivían en una villa del interior gallego, alejada de los principales núcleos poblacionales de la época. «Só unha pequena parte do ouro que os romanos extraeron das minas da Gallaecia foi fundido para ser exhibido pola aristocracia local», explica Alberte Reboreda. «A diferenza dos romanos varóns, moi poucas mulleres aristócratas puideron lucir pezas de enfeite tan luxosas e extraordinarias coma esta», apunta el arqueólogo mondaricense. «O dono do pendente estaba totalmente romanizado, e regaloulle a xoia a súa muller, sabendo cal era a última moda do momento-explica Ángel Concheiro-, así que tiña coñecementos da moda do seu momento e tiña poder económico para adquirilo. Ademais, supoñemos que non mercou só un pendente; como se faría hoxe en día, probablemente adquiriu un xogo completo. Era viaxado e probablemente un terratenente».

El yacimiento donde ha aparecido esta joya está conformado por un poblado castreño, cuyos orígenes se sitúan en el siglo II a. C. y la villa romana de Silvela, situada en una de las laderas del castro. Tras la fase de ocupación castreña, hay una segunda etapa que se corresponde con la era romana «e non cabe ningunha dúbida en relacionala coa importante villa de Silvela, situada aos pés do castro, da que semella ser coetánea», según explica Ángel Concheiro.

Jugaban al tres en raya

Son estos niveles romanos los más ricos del área excavada. A este momento corresponde la muralla, así como una construcción de planta cuadrada y varias zonas relacionadas con actividades artesanales. Los restos de cultura material son abundantes y aportan muchos datos que permiten extraer conclusiones sobre las formas de vida de los galaico-romanos que vivieron en Carballedo hace casi 1.900 años. Hay joyería, cerámicas finas de importación, algunas procedentes del norte de África, y objetos asociados a las actividades cotidianas y productivas, entre ellos, los «calculi», unas pequeñas fichas de piedra o arcilla que los romanos utilizaban para jugar a algo parecido al tres en raya.

«En boa lóxica debemos pensar que nesta fase romana, que a partir da análise do material arqueolóxico pode encadrarse entre os séculos II e V d.?C, a Cruz do Castro e a vila romana de Silvela formaban parte dun mesmo asentamento, unha gran quinta ou vila rural propiedade dun aristócrata titular dun rico dominio señorial», concluye el arqueólogo coruñés.

Durante el próximo verano, Arquestudio S.?L. volverá a trabajar en este yacimiento, para ahondar en la misma zona de la villa donde apareció el pendiente.