Buenos Aires recibe la obra más desconocida e íntima de Eduardo Chillida

EFE

CULTURA

La exposición recoge una selección de dibujos desarrollados desde la década de los sesenta hasta finales de los noventa, con los que Chillida estudió las manos.

10 dic 2009 . Actualizado a las 12:24 h.

La obra más «desconocida e íntima» de Eduardo Chillida llega al público argentino a través de una exposición que recoge las gravitaciones, dibujos y grabados que el artista realizó sobre papel.

«Chillida: la poética del papel», que abre hoy sus puertas al público en el Centro Cultural de España en Buenos Aires, es una selección de 28 trabajos procedentes del Museo Chillida Leku que muestran la cara más delicada y menos conocida del artista, la que dedicó al papel como soporte.

«Los museos suelen interesarse por sus esculturas o por los hierros, pero olvidan una disciplina a la que Chillida dedicó gran parte de su carrera profesional», explicó en una entrevista con Efe Julio Niebla, comisario de la exposición, que estará abierta hasta el próximo 30 de enero.

En las tres disciplinas que recoge la muestra, el visitante podrá ver composiciones «muy difíciles de exponer» y que adquieren un volumen y una perspectiva que las convierten en «verdaderas esculturas sobre papel», explicó Niebla.

«Son los tres ámbitos donde Chillida puede investigar sobre el espacio en un elemento bidimensional como es el papel», sostuvo el comisario de la exhibición.

Las gravitaciones, realizadas desde finales de la década de los ochenta, son el trabajo «más íntimo» del artista vasco, y surgen cuando, mientras realizaba collages, se le ocurrió unir los diferentes planos de papel mediante hilos.

«Las gravitaciones son fruto de la búsqueda del espacio» y constituyen «el elemento más emblemático de Chillida, porque no hay ningún artista que haya repetido ese trabajo», aseguró el comisario.

La exposición recoge, en segundo lugar, una selección de dibujos desarrollados desde la década de los sesenta hasta finales de los noventa, con los que Chillida estudió las manos.

La fijación del autor sobre las manos es fruto «de su eterna búsqueda por el espacio, las preguntas que le surgían del límite y la relación entre el espacio, el tiempo y ese límite», analizó Niebla.

«Él descubrió en las manos un elemento que trataba de abrir caminos a sus dudas», explicó el historiador del arte, quien añadió que la investigación y los interrogantes fueron «el método de avance» del artista.

Entre todos sus dibujos «figurativos», las manos son las que, según los expertos, mejor explican el porqué de usar como referente el cuerpo humano.

«Las manos están diseñadas para tomar y palpar, dejan pasar el espacio entre los dedos, lo albergan o son espacio», dijo Niebla.

La obra grabada, realizada desde los años sesenta hasta el año 2000, está formada por una serie de composiciones rítmicas de blancos y negros que quedan en el papel creando «una excelente armonía visual» y que Chillida dedica al compositor Johann Sebastian Bach (1685-1750).

«Bach era uno de sus padres artísticos, porque su partitura era estructurada y profunda como la obra de Chillida», dijo Niebla.

El experto, que reconoció que el trabajo de homenaje a Bach era uno de los preferidos de su autor, explicó que esta selección de grabados está formada por composiciones rítmicas de blancos y negros «que adquieren volumen y perspectiva y convierten estas obras en verdaderas esculturas sobre papel».

Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) realizó su primera exposición en París en 1950 y en la actualidad su obra se encuentra repartida en más de veinte museos de todo el mundo.

Otras tantas exposiciones se han celebrado en ciudades como Houston (EEUU), Berlín, Madrid, Caracas, Londres y Palermo (Italia).

Recibió mucho de los premios de arte existentes en su época, como el de la Bienal de Venecia al Kandinsky, el Wilhem Lehmbruck o el Príncipe de Asturias.