El último autorretrato de Van Dyck alcanza un precio récord en subasta

La Voz

CULTURA

Van Dyck se hizo sólo tres autorretratos durante su periodo de estancia en Londres.

10 dic 2009 . Actualizado a las 12:00 h.

El último autorretrato de Van Dyck, pintado por el artista poco antes de morir en Londres, se subastó hoy en Sotheby's por 8,3 millones de libras (9,1 millones de euros, 13,5 millones de dólares), muy por encima de su valor estimado, lo que supone un récord para el artista.

«Autorretrato», datada de 1641, fue objeto de una agitada puja por parte de nueve interesados que acabó casi triplicando el precio máximo anticipado por los subastadores, que esperaban recaudar como mucho 3 millones de libras.

El último récord establecido por una obra del pintor flamenco fue con «Un caballo retrocediendo», vendido por la casa Christie's en el 2008 por 3,06 millones de libras.

El autorretrato de Antón van Dyck, que trabajó muchos años en Inglaterra como retratista de la realeza y la nobleza, era la pieza más destacada de la subasta de Sotheby's dedicada a los clásicos y a pintores británicos, en la que se quedó sin comprador el «Retrato de una mujer joven» de Rubens, que tenía un precio máximo estimado de 6 millones de libras.

Van Dyck se hizo sólo tres autorretratos durante su periodo de estancia en Londres: uno de los otros dos, en el que aparece junto a su gran amigo Endymion Porter, se conserva en el madrileño museo del Prado, mientras que el otro está en la colección del Duque de Westminster.

El pasado julio, la misma casa de subastas vendió su «Retrato de Endymion Porter» por más de 2 millones de libras.

El autorretrato que se ofreció hoy a la venta representa a su autor de semiperfil y elegantemente vestido con un jubón de seda negra con rayas blancas.

La pintura, que ha estado en la misma colección privada desde 1712, figuró en la exposición que dedicó recientemente la galería Tate Britain al artista flamenco.

Se cree que el autorretrato perteneció en su día al pintor británico Peter Lely, discípulo de Van Dyck y pintor de cámara de Carlos II, que sucedió a su maestro como el retratista más cotizado del país.

Nacido en Amberes en 1599, Van Dyck viajó por primera vez a Inglaterra en 1620, y en 1632 se estableció definitivamente en Londres, donde se convirtió en pintor de cámara de Carlos I.

Tuvo una notable influencia en el género del retrato en el Reino Unido y concretamente en otros artistas como Reynolds y Gainsborough.

Sotheby's expresó su decepción por no haber adjudicado la otra joya de la subasta, el retrato femenino -posiblemente de una belleza española- de Peter Paul Rubens, acabada de incorporar al catálogo de obras del maestro tras atribuirle los expertos la autoría.

Según la casa de subastas, Rubens pintó «Retrato de una mujer joven» durante la primera parte de su etapa italiana o bien durante un breve viaje que hizo a España como diplomático, por lo que correspondería a un periodo entre 1603 y 1606.

El tratamiento rápido y el hecho de que el artista dejase sin cubrir las capas inferiores de pintura en las esquinas del lienzo parecen indicar que se trata de una obra sin terminar o quizás un boceto pintado del natural y que debía servir de base para un retrato posterior más acabado.

Según la experta Marieke de Winker, el estilo del vestido que lleva la dama y, en particular, la manga y la gorguera inclinada que enmarca su rostro hasta la altura del pelo, son españoles, datan de poco después de 1600 y son comparables a otras que aparecen en retratos de El Greco.

Sin embargo, este hecho no significa necesariamente que la retratada fuera una dama española, ni que el cuadro lo pintara Rubens durante su estancia en España, adonde había acudido por instrucción del Duque de Mantua.

La experta señala que prendas de ese tipo las llevaban también las damas de otras cortes, sobre todo las sometidas a la influencia española, como las de Génova y Nápoles.

Otro cuadro con connotaciones españolas que tampoco se vendió en la puja de hoy, que ofrecía un total de 51 lotes, fue «Interior con tres figuras comiendo en una mesa», pintado por el taller de Diego Velázquez y que partía con un precio máximo estimado de 300.000 libras (329.000 euros, 490.000 dólares).