Los playmobil saltan de los escaparates a las vitrinas del museo en París

La Voz

CULTURA

La representación femenina en esta particular sociedad tuvo que esperar dos años más, en 1976, y los niños y los bebés no llegaron hasta 1981 y 1984, respectivamente.

09 dic 2009 . Actualizado a las 18:21 h.

Los playmobil, pequeñas figuritas de plástico desmontable que atesoran millones de niños y adultos en todo el mundo, se convierten en protagonistas absolutos de la primera exposición parisina dedicada a los míticos juguetes.

Bautizada «Érase una vez playmobil», la retrospectiva que el Museo de Artes Decorativas de París presenta, a partir de mañana y hasta el 9 de junio de 2010, expone miles de estos muñecos articulados con sonrisa perenne, que creó el alemán Hans Beck en 1974.

«Esta exposición busca mezclar épocas», declaró la comisaria de la exposición, Dorothée Charles, quien agregó: «vamos a reunir tres generaciones» en alusión a «los padres que regalaban los primeros playmobil a sus hijos, y que ahora son quienes los compran a los suyos».

Charles recordó que estos muñequitos de 7,5 centímetros de altura son «los juguetes más mixtos» que existen, pues «el hermano mayor le pasa sus playmobil a su hermana pequeña».

«Es un juguete que se transmite y se guarda», agregó convencida.

Buen ejemplo de ello es el artista invitado a la exhibición y gran coleccionista de las figuritas, el alemán Oliver Schaffer, que ha concebido la vitrina de la muestra titulada «Circus Oliver» inspirada en el mundo circense, con más de 1.500 personajes y animales.

Además del circo, la exhibición ofrece tres universos míticos de playmobil como «los combatientes», donde comparten escenario caballeros medievales en magníficas fortalezas sobrevoladas por dragones, con piratas tuertos a bordo de navíos y rudos vikingos con espadas y cuernos.

En la vitrina «Explorar el mundo», la conquista del oeste con indios y vaqueros a lomos de caballos son protagonistas absolutos junto a los exploradores polares, que disfrutan de laboratorios y accesorios para sus investigaciones científicas.

La cotidianeidad está reflejada en «La vida en la ciudad» a través de la evolución de la casa, desde mansiones victorianas hasta el chalet unifamiliar, además de unas calles reflejo de un amplio abanico de profesiones como policías y bomberos, auténticas celebridades en esta sociedad de plástico duro.

Gran relevancia de la fauna en la retrospectiva del museo parisino, que exhibe desde el primigenio caballo, coetáneo de la primera figura «humana», a tigres de Bengala, canguros y jirafas, pues el animal «es un universo muy importante de Playmobil», apuntó la comisaria.

La muestra rescata algunos dibujos enviados a la compañía de manera espontánea por los niños, a menudo acompañados por cartas con apreciaciones por escrito, en la que los pequeños clientes sugieren ciertas modificaciones para un mejor disfrute de estos juguetes.

«Los niños prestan mucha atención a los detalles y ahí es dónde reside nuestro éxito, en el cuidado que prestamos a los detalles», explicó la responsable de mercadotecnia de Playmobil, Cécile L'Hermite, cuya empresa fabrica los juguetes más vendidos en Francia.

Año agridulce para la compañía, con sede en Alemania, que en enero tuvo que decir adiós a Hans Beck, «padre» del célebre juguete, mientras celebra el 35 aniversario de la creación de las primeras figuritas -el obrero, el indio y el caballero-, todas masculinas.

La representación femenina en esta particular sociedad tuvo que esperar dos años más, en 1976, y los niños y los bebés no llegaron hasta 1981 y 1984, respectivamente.

La concepción de las figuritas surgió como un encargo de la compañía alemana Geobra Brandstätter, en la que trabajaba Beck, para que creara un nuevo juguete, menos voluminoso que los de plomo y aluminio del momento, y menos costoso, para hacer frente a la crisis del petróleo de 1973.

Tres décadas y media después, más de 2.200 millones de personajes producidos aseguran a los playmobil la condición de mito, que perdura de generación en generación.