Un retrato de mujer, posiblemente de una belleza española, que no figuraba hasta ahora en el catálogo de obras de Rubens pero que los expertos atribuyen con seguridad al maestro flamenco, saldrá a subasta el 9 de diciembre en Londres. Según la casa de subastas Sotheby's, Rubens lo pintó durante la primera parte de su llamada etapa italiana o bien durante un breve viaje que hizo a España, por lo que debe de corresponder a un período entre 1603 y 1606.
El tratamiento rápido y que el artista dejase sin cubrir las capas inferiores de pintura en las esquinas parecen indicar que se trata de una obra sin terminar o de un boceto al natural. Parece también, según los expertos, que cuando se pintó no estaba en un bastidor definitivo, porque la parte superior del tocado de la dama se extiende más allá de la línea marcada en el lienzo original por el borde del supuesto bastidor provisional.
Según la experta Marieke de Winker, el estilo del vestido que lleva la dama, y en particular la manga y la gorguera inclinada que enmarca su rostro hasta la altura del pelo son españoles, datan de poco después de 1600 y son comparables a otras de retratos del Greco.
Ese hecho no significa necesariamente que la retratada sea una dama española y que el cuadro lo pintase Rubens durante su estancia en España, adonde había acudido en misión diplomática por mandato del duque de Mantua.
Hay poca información sobre las actividades de Rubens en España y las obras atribuidas a esa etapa son pocas y diversas. Incluyen tres copias de Tiziano y una de la pintora italiana Sofonisba Anguissola y, tal vez, un Heráclito y Demócrito que perteneció al duque de Lerma, de quien pintó en Madrid un extraordinario retrato ecuestre.
Las cartas enviadas por Rubens desde Valladolid en verano de 1603 revelan que tuvo que reparar los daños sufridos por algunas pinturas que había llevado como regalo para el duque de Mantua, lo que, unido al citado retrato ecuestre, explica que el artista no tuviese tiempo para muchas otras obras. Sin embargo, en esa correspondencia se refiere a ciertos retratos que le encargó el Rey, y uno de sus cometidos en su estancia en España era precisamente pintar retratos de damas de la corte.