El espíritu libre y original de Maruja Mallo resucita en Vigo

B.?R. Sotelino

CULTURA

Caixa Galicia presenta en Vigo la retrospectiva más rigurosa dedicada hasta ahora a la artista gallega

11 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Durante años, Maruja Mallo, una de las artistas plásticas más brillantes y originales del siglo pasado y sin duda la más importante de las gallegas, fue injustamente condenada a un imperdonable olvido por parte de los gurús del mercado del arte. Restituir su papel indiscutible en la historia ha sido un asunto de justicia poética por parte de críticos y expertos en arte. En 1993, el primer ajuste de cuentas tuvo lugar en el Centro Gallego de Arte Contemporáneo de Compostela, dos años antes de la muerte de Maruja, fallecida en Madrid en febrero de 1995, a los 93 años.

Vigo, ciudad de origen de su madre, fue uno de los escenarios de la infancia de la pintora de espíritu bohemio y universal que ahora regresa a su patria materna a través de buena parte de su legado, reunido para una excepcional exposición organizada por Caixa Galicia que ayer se inauguró en la Casa das Artes de Vigo. La muestra reúne, hasta el próximo día 10 de enero, 142 piezas que conforman «la mayor y más exhaustiva retrospectiva dedicada a la gran transgresora de la generación del 27», según señaló la directora de la Fundación Caixa Galicia, Teresa Porto, en la presentación en la que recordó también que la autora fue «injustamente valorada, ensombrecida por su doloroso exilio y, seguramente también, por ser una mujer adelantada a su tiempo». La retrospectiva es considerada por la Fundación Caixa Galicia como el episodio central de la programación que celebra el vigésimo aniversario de la entidad, y cuenta con la colaboración del Concello vigués y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. Su director de proyectos, Xosé Luis García Canido, recordó que aunque en la partida de nacimiento de Maruja Mallo figura la fecha del 5 de enero de 1902, ella decía que había nacido en 1909, por lo que esta muestra puede ser considerada como un homenaje en el centenario de su «otro» nacimiento.

Recorrido por más de 50 años

El montaje se ordena en diez salas que recorren la totalidad de la obra y la vida de la genial artista, acompañados de textos en los que ella misma reflexiona sobre su trabajo. Los visitantes podrán disfrutar, por primera vez en un mismo espacio, de un detallado recorrido por el trabajo de Maruja Mallo a lo largo de más de cincuenta años (desde el óleo La isleña , fechado en 1927, hasta Protoesquema , lienzo datado en 1982). Los comisarios, Fernando Huici March y Juan Pérez de Ayala, justifican el carácter extraordinario de la exposición en la reciente localización de obras fundamentales que se encontraban en paradero desconocido, sobre todo de su etapa americana, lo que convierte a esta retrospectiva en la más rigurosa de cuantas se han realizado hasta ahora. «Lo que podemos asegurar es que los que conozcan su obra se encontrarán con gratísimas sorpresas». Pérez de Ayala contó también que además de conseguir los fondos en instituciones y museos españoles, muchas de las obras de Mallo se encuentran en manos de los descendientes de sus amigos o de gente que la respetaba y la admiraba mucho, y que por eso han accedido a prestar piezas para este evento. «La exposición es un retrato muy fiel de la alegría de Maruja, de su armonía vital y de una filosofía de vida que se ve reflejada en su obra, y espero que el público salga contagiado de su espíritu», manifestó.

Surrealista y mucho más

Por su parte, Fernando Huici recalcó que uno de los objetivos de esta exposición es derribar algunos mitos en torno a la artista, como la etiqueta de «pintora surrealista», ya que aunque militó en las filas de este movimiento, solo lo hizo durante un par de años y su trayectoria es mucho más amplia y rica en matices: «Es como si digo para definir a los Beatles que hacían música psicodélica. La hicieron, pero en un momento de su carrera», explicó. Sin embargo, el experto reconoció que fue ella misma la que colaboró en la alimentación de ese mito, pero lo hizo porque después de que no le hicieran ni caso durante veinte años, cuando fue redescubierta se dejó querer. Le colgaron esa etiqueta y ella no lo desmintió. La muestra se podrá ver el año que viene en Madrid.