El rastro epigráfico de Gelmírez

Jesús Manuel García

CULTURA

El templo de Ermelo (Bueu) conserva una inscripción del siglo XII que ofrece la mejor datación alusiva al arzobispo

27 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los vecinos del pueblo de Ermelo, en el municipio de Bueu, tienen en su pequeña iglesia, antaño monasterio, una joya. Se trata de una inscripción epigráfica, hoy partida en dos y colocada a ambos lados de la capilla mayor. En el texto de dicha inscripción está su interés, porque en ella se conmemora la reedificación del templo en 1104 y se cita al que todavía era obispo, Diego Gelmírez. Quienes la acaban de estudiar, Miguel Romaní Martínez, de la Universidad de Santiago; Pablo Otero Piñeyro Maseda, y la investigadora Ángeles Alvariño del Instituto Padre Sarmiento del CSIC destacan que se trata de una de las contadas huellas epigráficas alusivas al célebre arzobispo.

Explica Romaní que el padre Sarmiento vio esta inscripción allá por 1745, en dos piedras separadas, pero «la falta de tiempo y las dificultades que este halló al examinar esas inscripciones de Santiago de Ermelo fueron la razón de que no pudieran valorarse debidamente en su momento». Romaní añade que las dos piedras eran una y contienen un texto alusivo a la restauración de la antigua iglesia monacal.

El profesor señala que estamos ante una inscripción original cuyo texto «fue redactado de forma definitiva para ser ejecutado en la inscripción y llegó hasta nosotros en la misma en que salió de las manos del rogatario y los datos históricos que contiene son contemporáneos de las mismas».

¿Y qué dice tal inscripción? El texto propuesto por Romaní y Otero señala: «Téngase por seguro que esta iglesia de Santiago Apóstol ha sido restaurada en su totalidad, tal y como ahora está, en tiempos de los abades Fernando y Arias Savariz. Reinando en Toledo el Emperador Alfonso, [siendo] Raimundo [de Borgoña, conde] en tierras de Galicia; [siendo] obispo [de Compostela] Diego Segundo [Gelmírez]. Era 1142 [año 1104]. [El Maestro] Fernando edificó [esta iglesia]».

La piedra fue partida en dos y hoy tienen sujetas a ellas sendas repisas metálicas. Nada menos que una inscripción que, a decir de Romaní, «es una pieza de altísimo valor histórico para Galicia», por su conservación y por ser «la única inscripción epigráfica que, aludiendo a Diego Gelmírez expresamente cuenta con una completísima datación».

Crece el valor de esta inscripción porque no abundan los testimonios en piedra alusivos al arzobispo compostelano. Aparte de la que se conserva en Ermelo, puesta en valor por Romaní Martínez, existen otras dos. Una es la de Santiago de Padrón, fechada en 1133 «y no cita explícitamente a Diego Gelmírez», indica este doctor. La otra es la de la iglesia de Santa María de Alba, en cuyo texto se lee: «...Didacus Compostellanus Eps...», o sea, «Diego, obispo compostelano...», que podría aportar datos interesantes si no estuviese tan gastada.

Se sabe que Gelmírez restauró varias iglesias gallegas, por lo que el profesor señala que la de Ermelo fue fruto de su acción restauradora. ¿Quién escribió el texto de Ermelo? Por su elegancia, cuenta Romaní que su autor sería un monje que conocía la documentación más usual de su tiempo, «que estaría en letra visigótica».