Pero, ¿esto qué es, helado, gofre o crêpe?

SARA GIL / Y. G.

YES

XAIME F. RAMALLAL

¿POR QUÉ NO UN TRES EN UNO? La fiesta veraniega y la playa hacen que el hambre no falte estos días pero, ¿qué escoger? Helado, gofre, chocolate... ¿Por qué no todo junto? Con el bubble waffle es una realidad.

11 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No es un pájaro, ni un avión, ni tampoco Superman. Pero no es un helado, ni un gofre, ni una crêpe. Es ni más ni menos que el bubble waffle, el protagonista más dulce de las redes sociales estos meses calurosos. Viene de muy lejos. Ha nacido en Hong Kong, nada más y nada menos que a diez mil kilómetros de Galicia. Pero aquí también se puede comer, ¡menos mal!

XAIME F. RAMALLAL

EL REY DEL VERANO

Los que lo prueban, repiten. Eso seguro. Pero, quizá, siguen sin saber explicar muy bien qué es. La elaboración no parece complicada. La gofrera se llena de masa y en unos minutos, ya está lista la base... Aunque tampoco es un gofre al uso, digamos que parece un gofre hecho con burbujas. De ahí el nombre, bubble (burbuja) waffle (gofre), en inglés. Se coloca en un cono o vaso de papel y se hecha una bola de helado. Ahí empieza la magia. En el Yöglio de Viveiro puedes escoger entre muchos sabores. Los amantes del dulce harán sus delicias con los de galleta María, Kinder Bueno o nube. Los que prefieran la fruta, pueden escoger el de limón, por ejemplo... Y, entonces, ya hay que pensar en el sirope. Estamos en el tercer paso de la elaboración, y seguimos ante un mundo de posibilidades: miel, mermelada, crema de chocolate, crema de Kinder... y más. A punto de llevárnoslo a la boca, llegan los toppings: migas de galleta, pepitas de chocolate, trozos de fresa, gominolas... Vamos, una combinación de lo más apetitosa. Según el responsable de la franquicia Yöglio, el sirope ganador es el de Nutella. Parece que los clientes tienen un pensamiento extendido de que es el sabor que mejor le va al gofre. Aunque no sea exactamente un gofre.

Yo ya sé cómo bautizarlo: el Superman de los helados. O el Superman de los gofres... aunque han preferido llamarle Bubble by Yöglio. Para comprarlo, sobra un billete de cinco euros. No rasca en el bolsillo, que bastante gasto hay con tantas fiestas y demás verbenas por toda Galicia.

Cuando lo tienes en la mano, su tamaño impresiona. Pero tampoco durante mucho tiempo, porque está tan rico que parece que se esfuma, como si se tratase de una burbuja en el aire. ¡Qué ironía! Y yo que pensaba que el nombre era simplemente por la forma que adquiría la masa. El caso es que con este bubble waffle, la única preocupación para el verano es la de no mancharse, ¡que tampoco es nada fácil!