Todo el mundo quiere venir aquí

CARLOS CRESPO / CÁNDIDA ANDALUZ / YOLANDA GARCÍA Y CARMEN GARCÍA DE BURGOS

YES

MARTINA MISER

ESTOS LOCALES SON TRENDING TOPIC Nos pierde el sentido del gusto, pero no lo ponemos en juego. Lo mejor de Galicia se saborea en un recorrido que va de una quinta de ensueño en O Salnés a un clásico de A Mariña. ¿Pulpo, bogavante, solomillo ibérico? Pide por esa boca.

03 jun 2017 . Actualizado a las 05:35 h.

No están todos los que son, pero son todos los que están. Estos son los locales a los que queremos ir, bien por su calidad y precio o bien porque están situados en lugares privilegiados. Sigue la ruta YES para no perderte lo mejor.

Al hecho de que Quinta de San Amaro, en Meaño, fuese elegido por Rusticae en el 2016 como el mejor hotel con encanto de España no es ajeno el valor añadido que le otorga su propuesta gastronómica. Perfectamente integrada en un conjunto en el que prima la exquisitez y la pasión por el buen gusto y el detalle, la experiencia culinaria alcanza en Quinta de San Amaro una dimensión y unos matices que la hacen difícilmente comparable. En la mesa y en torno a ella.

Porque la primera descarga de sensaciones llega nada más acercarse a esta aldea de fantasía reconvertida desde hace 10 años en conjunto hostelero. Con sus pasadizos y sus parras, sus fuentes, el hórreo acristalado, pérgolas, terrazas y cenadores, flores naturales siempre y multitud de coquetos rincones en los que detenerse y deleitarse incluso antes de sentarse a la mesa.

El comedor, completamente acristalado, inundado de luz y color, se abre al valle del Salnés. Y es allí, entre huertas y viñedos y con el salitre del cercano mar adivinándose en el ambiente, donde el grovense Julio Ouviña, responsable de los fogones, encuentra el ideario de su cocina. «Una cocina de mercado que aprovecha en cada temporada lo que tiene a su alrededor», resume. Que, desde luego, no es poco. Las primaverales ensaladas -como la de vieiras con frutos secos y de temporada-, las delicadas tempuras, los recurridos huevos rotos con verduras y jamón ibérico o la demandada brocheta de rape y langostinos -un plato que jamás han podido retirar de la carta- dan fe de ello. En el apartado de carnes, el plato estrella es el solomillito ibérico con puré de castaña, cebolla confitada y manzana caramelizada, otra genuina representación de la atinada impronta culinaria de la casa.

El servicio, impecable. La vajilla, de porcelana portuguesa con su preciosa historia detrás. La servilletas bordadas, QSA... «Creemos que la atmósfera que se crea en torno a la comida también es importante», comenta. Y vaya si lo es. En Quinta de San Amaro la cocina y su entorno se armonizan hasta el punto de tornar el sencillo acto de cenar o comer en una multisensorial experiencia.

Santi M. Amil

LO MEJOR DE GALICIA

Ibéricos, chocos, pulpo, aguacate, empanada, navajas, pescados, arroces, mariscos y carnes. En el restaurante Pingallo de la capital ourensana, todo cabe. Situado en el casco histórico de la ciudad es un referente para aquellos que llegan por primera vez a la ciudad y quieren saborear lo mejor de Galicia. Su escaparate de mariscos y pescados, en donde encontrar centollas, camarones, nécoras, cigalas, bogavantes, percebes o santiaguiños, es un referente para los ourensanos, que también acuden a este local cuando quieren celebrar un encuentro especial. Además de los productos del mar, en el Pingallo destacan sus platos tradicionales, guisos y arroces. Y muchos recomiendan no perderse el jarrete. Y, para poner la guinda, los postres. Además de poder comer en su recinto interior o picar algo a la entrada del local, el Pingallo cuenta con una pequeño jardín exterior en el que también se puede comer. Un pequeño oasis con encanto.

En la última década ha sido de lo más sonado el tirón de As Catedrais... y lo sigue siendo. Pero otro «trending topic» de A Mariña, y que ya existía antes de que dicha playa ribadense cobrase fama y solera internacional, es el arroz caldoso con bogavante que se prepara en Rinlo (Ribadeo), al lado del arenal. Así que estamos hablando de una delicatesen gastronómica en toda regla y que atrae a tantos y tantos comensales que ya hay reservas hechas para este verano. Si no quieres quedarte sin sitio, llama raudo y veloz a A Cofradía de Rinlo, uno de los locales de este pequeño pueblo marinero que lo ofrecen y desde el cual Gerardo Martínez Postigo (Rinlo-Ribadeo, 1975) nos cuenta que en el año de la Expo de Sevilla, en 1992, sus padres fueron de vacaciones a Lagos en Portugal y su madre se trajo en la «maleta» una receta de casa de unos amigos. Desconocía entonces el tremendo legado culinario que recibiría y que hoy es todo un imán de clientes en este local. En tierras portuguesas este arroz lo elaboraban, señala, «con zapateira e en vez de perexil utilizaban coandro, que é bastante máis forte. Ela empezou realmente a facelo con lagosta pero ía máis cara e había menos». La versión final fue con bogavante y tanto. tanto se consume ahí, explica, que les hacen falta ¡ocho mil kilos del marisco al año! «Unha animalada», señala. Me quitó el calificativo de la boca.

PEPA LOSADA

Sobre todo en la temporada veraniega, que fácilmente hace triplicar la población de Rinlo por el suculento plato, digno de probar siendo sinceros, los dos turnos diarios de comidas los tienen completos. En sus comedores y terraza caben más de cien personas. Le pregunto a Gerardo Martínez, a quien sus padres ya pusieron A Cofradía de Rinlo a su nombre cuando tenía 16 años y lleva unas tres décadas ligado al mundo hostelero, qué tendrá ese arroz que no tengan otros: «Comelo ao lado do mar presta. O pobo, ademais, é unha pasada pero á parte do arroz temos peixes da zona, percebes... non é o Roncudo pero esta zona tamén é moi boa». Y qué decir de los famosos que ya pisaron A Cofradía como Calvo Sotelo, Belinda Washington, Luís Tosar... ¡Solo faltas tú!

emilio moldes

DE TAPEO EN PONTEVEDRA

Si uno quiere ir a los sitios más demandados y con mejor fama de Pontevedra tiene claro hacia dónde tiene que encaminar sus pasos. La praza da Leña es tan pequeña como encantadora y, por si fuera poco, rebosa locales de tapeo y de plato que compiten por los centenares de comensales que cada fin de semana se congregan en torno a su cruceiro y bajo sus sombrillas. Dos de ellos son del mismo chef, Iñaki Bretal, y lideran la lista de los mejor valorados de la ciudad.

Son la cara y la cruz de una cocina que en O Eirado da Leña se convierte en recetas exclusivas al alcance de clientes con carteras sin complejos, y en el Loaira, en el extremo contrario en diagonal, en un lugar de tapeo refinado pero asequible.

Es el lugar perfecto para una comida de negocios, para una cita en la que uno se juega el buen gusto y para una noche de viernes que se quiere empezar bien. Al frente de él está Javier Coya y su eterna sonrisa, y detrás, la mano de Diana Fontenla, pero es fácil ver a Bretal de un local al otro ultimando los pequeños detalles para que tanto los clientes de sus propuestas del Grupo Nove como los del establecimiento de enfrente se vean incapaces de poner peros.

La terraza, el bajo y el primer piso del Loaira parecen marcar diferentes ambientes. Para un vino rápido, una caña o una reunión de amigos, la sombrilla es una apuesta segura. Si se trata de algo un poco más recogido sin intervención de terceros, la pequeña barra del interior; y, si es algo más formal (en cualquier sentido), sus dos ventanas superiores resguardan pero dejan entrar el aire fresco de la plaza.