José Miguel Mulet: «Milá me mandó un WhatsApp y me dijo que había sido brusca conmigo»

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PACO RODRÍGUEZ

El científico tiene ganas de pasar página de la polémica que se generó tras su discusión con Mercedes Milá en el «Chester», donde le llamó gordo: «Si tuviese buen cuerpo no me dedicaría a investigar, estaría haciendo streaptease», dice con ironía.

25 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Todavía no vivo de mi cuerpo», responde José Miguel Mulet cuando le decimos que no está tan gordo como lo vio Mercedes Milá. Su enfrentamiento fue un momento agrio, pero también le sirvió para recibir una lluvia de apoyos en las redes por su templanza. «Si es que yo no fui a pelearme con nadie, solo a hablar de enzimas», insiste. Ahora está a punto de lanzar un nuevo libro sobre alimentos transgénicos. «No son malos», sentencia. Esto promete.

-La que has liado.

-Bueno, dejémoslo en que ha sido un incidente.

-Tan gordo no estás.

-Bueno, a ver... Si tuviera un buen cuerpo no investigaría, haría streaptease. Todavía no vivo de mi cuerpo.

-¿Cómo te sentiste en ese momento? Porque en teoría solo ibas a hablar de tus investigaciones...

-Me dijeron que el programa era de entrevistas y que ellos siempre quieren llevar a alguien que haga de contrapunto. Yo iba a hablar de lo que había escrito en mi libro, Comer sin miedo, y eso hice. De hecho en los días anteriores estuve preparando un guion con uno de los redactores, así que ellos sabían todo lo que iba a decir. Y a partir de ahí pues, bueno, lo que pasó lo vio ya todo el mundo. Una reacción bastante violenta ante la que hice lo que pude.

-De hecho recibiste un montón de felicitaciones en las redes por tu aguante.

-Es que yo no había ido allí a pelearme con nadie, había ido como vulgarmente se dice a hablar de mi libro, o más bien a hablar del tema. Pues mira, la cosa salió como salió. Supongo que tengo la experiencia de que suelo hablar de temas bastante impopulares porque soy crítico con la alimentación ecológica y hablo de transgénicos, pero la verdad es que me he visto en situaciones peores. En Argentina una vez di una charla y tuve que salir escoltado y otra la tuve que anular por amenazas de muerte, así que supongo que esa experiencia sirvió para aguantar el temporal. Yo tenía claro que no tenía que insultar a Mercedes Milá porque no la conozco de nada, había ido a hablar de lo que habían dicho que hablara.

-Y ella dijo: «Te han llamado para tocarme los huevos».

-Bueno, y yo le dije que me habían llamado para hablar de enzimas, Y fue lo que hice, hablar de enzimas y de cómo estaban tratando este tema en la prensa.

-¿Crees que pudo haberle herido de forma personal precisamente eso, haberla situado como personaje público que está divulgando algo incorrecto?

-La verdad es que no lo sé, yo en ningún momento intenté hacer un ataque personal y creo que nadie puede decir que lo haya hecho, porque solamente hablé de cosas que ya había escrito. ¿Por qué se lo tomó como algo personal? Tendrías que preguntárselo a ella.

-¿Cambiarías algo de lo que has dicho o dirías algo que te callaste?

- No, creo que todo lo que dije lo dije en su momento y era lo que tenía que decir, de hecho en la polémica de estos días no la he seguido mucho porque empiezo a estar un poco cansado de esta historia. Solo dije aquello sobre el bullying [publicó un tuit en el que puso: «Seguramente hoy en algún colegio se habrán reído de algún chaval por estar gordo. Luego no vengáis con programas sobre el #bullying»], pero me dijeron que estoy jugando a ser víctima y, a ver, yo ya tengo una edad y estoy muy a gusto en mi trabajo. Eso no quita que es un medio de comunicación donde se estaba viendo cómo le estaban llamando gorda a una persona. Esto lo ven niños, mañana igual hacen lo mismo en el colegio.

-¿Luego llegasteis a hablar?

-Lo único que hubo días después, antes de que se emitiera el programa, es que ella me envió un WhatsApp diciendo que había estado muy brusca conmigo pero que ella no es así. Y aprovechaba para indicarme el centro este donde según ella adelgazaría. Eso fue todo. No he tenido más contacto.

-¿Y le respondiste?

-Sí, le dije que bien, que de acuerdo. No recuerdo exactamente cómo se lo dije, pero fue algo correcto y educado, aunque sin entrar en mucha intimidad.

-¿Y qué le dirías ahora?

-Nada, todo se lo he dicho ya en el programa. Ya te digo, la historia está cansándome. Ahora estoy centrado en mi próximo libro y ya no te cuento cómo estoy de clases.

-Sí, que va de transgénicos. ¿Qué pasa con ellos?

-Simplemente hablo de transgénicos desde el punto de vista de la ciencia. Tienen muy mala fama, la imagen social que tenemos de ellos no tiene nada que ver con lo que es la realidad científica de esta tecnología, y voy a intentar desmontar todos los mitos que hay sobre ellos.

-¿No son tan malos?

-Realmente es que no son malos, desde el punto de vista de que los estamos utilizando para muchas cosas todos los días.

-¿Cosas como...?

-Como la ropa de algodón que llevas puesta, para empezar. Incluyendo también el algodón sanitario, o sea, que las compresas de algodón también son de algodón sanitario. Mira si tienes una asociación íntima con ellos.

-Pero el hecho de que los usemos no quiere decir que no sean malos, ¿no?

-En veinte años no hemos tenido ningún problema de salud importante y hago análisis de las implicaciones sociales, tecnológicas, económicas... Lo intento ver desde todos los puntos de vista, y digamos que es una tecnología más que estamos utilizando con toda la normalidad del mundo. Los móviles dicen que son malos para la salud, pero tú mira las cifras de gente que los tiene.

-¿Y la leche? Fue otro de los puntos fuertes de vuestra discusión.

-Uno de los puntos del libro de La enzima prodigiosa [el libro que defiende Milá y que él desmonta] es que no se puede tomar leche porque es muy mala, y eso no tiene ninguna base y es una aberración. Y además eso está haciendo mucho daño a muchos sectores, entre otros casos a Galicia, que tiene un sector ganadero muy importante. Ellos te dicen: «Es que ningún animal toma leche en su etapa adulta». Bueno ni toma leche ni toma bacalao al pilpil, ni paella. Es que los animales no cocinan. Muchos animales pierden la capacidad de digerir la leche en su etapa adulta, pero nosotros no lo hacemos.

-Dices que los estudios apuntan que a nivel nutritivo los productos biológicos y los convencionales dan los mismos resultados, pero algo mejor será la lechuga de la huerta que la del súper.

-Vale, ¿pero esa persona de la huerta está produciendo en ecológico o no? Porque la producción ecológica no es más que un reglamento europeo que te dice que no puedes utilizar ningún pesticida de origen sintético y que tiene que venir un inspector oficial y certificar que eso ha sido así. Si no haces eso, no puedes vender como ecológico porque no tiene el sello y el certificado.

-A nivel nutritivo a lo mejor es igual, pero a nivel gustativo desde luego que no...

-Depende, porque una cosa es un tomate madurado en rama que puede desarrollar todos sus sabores y otra que el tomate se coja todavía verde para poder comercializarlo.

-Pero sí que ingerimos menos química... Eso es innegable.

-Hay un estudio clásico de los años noventa que dice que la mayoría de las sustancias potencialmente cancerígenas con las que estamos en contacto a lo largo del día son naturales. Lo que utilizamos en agricultura es lo más controlado, pero piensa en causas de alergia. ¿Cuál es la mayor causa de alergia que tiene la gente? ¿A algún producto artificial? No, al polen, a lo más natural posible. Pues para decir que porque algo sea sintético tiene que ser peor que algo natural habrá que ver de qué estamos hablando.

-¿Has recibido ya muchas ofertas para ser colaborador en televisión?

-Yo ya llevo tiempo colaborando en algunos medios de forma más o menos regular, con anterioridad a todo esto de la discusión con Mercedes Milá. Lo que sí han hecho es invitarme a algún programa para hablar de ello, pero digamos que me llamaron de programas que no están dentro de mi ámbito de interés.