La primera película 100% benéfica

Pablo Portabales PERIODISTA

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04 feb 2017 . Actualizado a las 05:10 h.

iempre produce un cosquilleo un preestreno. Poder ver una película al lado de otros privilegiados y antes que el resto de la gente. «Vosotros sois los primeros en verla. Después de Galicia recorreremos España para continuar con la promoción hasta el 17 de febrero, que será el estreno», comenta Paco Arango, con acento de Julio Iglesias, poco antes de empezar la proyección de Lo que de verdad importa. Paco escribió y dirigió esta película que costó varios millones de euros. Creo recordar que en el cóctel posterior me hablaron de diez, una cifra que da idea de la magnitud del proyecto. Arango, que nació en el seno de una familia más que acomodada, preside la fundación Aladina. Dice que tuvo claro que quería donar su tiempo porque ha tenido «mucha suerte» en su vida. Una década después atienden cada año a más de 1.500 niños enfermos y sus familias en los siete hospitales públicos en los que colabora. Conoció a María Franco, directora de otra fundación, Lo que de Verdad Importa, y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Con el apoyo de una tercera fundación, María José Jove, trajeron a Galicia el preestreno de la que aseguran es la primera película cien por cien benéfica de la historia.

PACO RODRÍGUEZ

PEGADO AL ASIENTO

Llegados a este punto ustedes se estarán preguntando ¿y la película, merece la pena? Pues la respuesta es que sí. No va a estar entre las nominadas al Oscar, pero consigue que te mantengas pegado al asiento durante hora y media y que no mires el reloj ni una sola vez, algo que es sinónimo de entretenimiento. También hace posible ese milagro cinematográfico que consiste en que todos los espectadores derramen al menos una lágrima. No les voy a decir de qué va, ni de lo buenos que son los actores, ni de los paisajes canadienses que el maestro Javier Aguirresarobe eleva al infinito, ni del final de la película, que no va a satisfacer a todo el mundo. Esto último lo digo porque en el cóctel que hubo tras el estreno asistí a debates muy interesantes sobre el desenlace. De lo que les hablo es que el dinero, los pocos euros que cuesta la entrada, contribuye a que proyectos como estos se puedan volver a repetir. «Todo lo recaudado irá destinado a los campamentos con los que colabora Aladina, en los que cada año disfrutan de una semana de vacaciones más de 120 niños enfermos de cáncer de toda España. Los llevamos a Barretstown (Irlanda), un campamento que pertenece a la red fundada por Paul Newman Serious Fun. Cada estancia de una semana cuesta 3.000 euros. Además, este año es el primero en el que Aladina colabora con Dynamo, un campamento en Italia al que irán 18 niños españoles», explican. Con el corazón un tanto encogido fui alegrando el espíritu gracias a los pinchos que sirvieron en el desolado centro de ocio Los Cantones Village, que solo cobra vida cuando es la hora del cine o en las noches de movida. Una pena ver abandonada en el centro de A Coruña una instalación que costó tanto dinero. Qué bien hubiese venido dedicar esos millones de euros a intentar curar enfermedades o a procurar alegría a los niños. Haberlos dedicado, como harán miles de ciudadanos el 17 de febrero, a Lo que de verdad importa.

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FOTO: PACO RODRÍGUEZ