Estos diseños se hacen con leche

LUCÍA VIDAL

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OSCAR CELA

PANTALONES DE MADERA Blusas de proteína de leche o gabardinas a base de botellas de plástico reciclado. Tintes naturales extraídos de flores como los lirios, o de frutos como los arándanos. Ir a la moda respetando el medio ambiente es posible. Detrás de Alazia Couture se encuentran tres mujeres valientes y comprometidas con el planeta.

14 ene 2017 . Actualizado a las 09:57 h.

Las tres proceden del sector textil aunque por diferentes vías. Diseño de Moda, Derecho y Económicas. Se conocieron en una empresa, enseguida saltó «la chispa del entendimiento» y tuvieron la valentía de emprender su proyecto: cubrir la necesidad de aquellas mujeres que, además de la estética, se preocupan por la ética.« Porque se puede cuidar el planeta sin renunciar a la tendencia» dice Carmen Louzao, cofundadora de la firma lucense Alazia Couture.

Acaban de presentar su primera colección. Una línea «casual pero para nada convencional», tal y como la define su directora creativa Tania Taboada. Prendas de tendencia que respetan, ante todo, el medio ambiente.

De su máxima dan cuenta los materiales que emplean. Entre los más sorprendentes, la proteína de leche, que aporta un tacto tan suave como la seda. O las botellas de plástico reciclado, capaces de dar forma a una gabardina convertida ya en la prenda más versátil de la colección. La madera de eucalipto, tan abundante en Galicia, es otra de sus materias primas.

CON FRUTOS Y FLORES

Ese espíritu sostenible se traslada a los tintes, hechos a base de frutas y flores, como al estilo tradicional de La India. Tania Aira, cofundadora de Alazia Couture, nos explica el proceso: «Secamos los frutos o las hojas, los mezclamos con las semillas y la fibra en bruto -normalmente algodón- y eso da como resultado una tonalidad única, con matices irrepetibles». Nada de colores artificiales creados gracias a la química. Aquí el rosa se obtiene con fresas, el morado con arándanos, el blanco lo dan los lirios, y el verde, las flores del valle. Así de natural.

Los beneficios para la piel son otra de las virtudes de sus diseños. Con menos tóxicos de lo habitual en esta industria, pueden llevarlos personas alérgicas.«Las fibras de poliéster convencionales utilizan químicos para la confección del hilo», puntualiza Tania.

Han cuidado hasta el más mínimo detalle: en las etiquetas van incrustadas semillas, en un claro ejemplo de cultura de la reutilización.

El proceso de fabricación va de lo global a lo local: los tejidos se buscan por todo el mundo. Del diseño se encargan ellas. Y de confeccionar sus ideas, pequeños talleres.«Siempre buscamos la cercanía, el toque artesanal», nos comenta Carmen.

A finales de enero tienen pensado empezar a vender en tiendas de toda España y en México. También on-line, claro. Ya se pueden comprar algunas de sus creaciones en establecimientos repartidos por toda la comunidad gallega.