Mónica Carrillo: «Siempre pienso que estoy en el mejor momento»

Virginia Madrid

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RAFAEL BRAVO

Le gusta más hacer preguntas que responderlas, encaja las críticas con humor, se siente más periodista que escritora y ya de niña jugaba a entrevistar a sus padres. Los fines de semana, nos cuenta lo que sucede en el mundo en el informativo de Antena 3 y además escribe. «Olvidé decirte quiero» es su segunda novela.

07 ene 2017 . Actualizado a las 13:25 h.

«Intento llevar el saldo de los te quiero al día para que no me suceda como a Malena, la protagonista de mi novela. Eso sí, tampoco creo que haya que decirlo por decir. Hay que decir te quiero cuando se siente de verdad». La que habla con cierto pudor es Mónica Carrillo (Elche, 1976). Aunque se confiesa bastante expresiva, reconoce que no regala las palabras, pero intenta ser «generosa con la gente a la que quiero». Viajamos a su infancia y recuerda que fue una niña muy habladora y risueña. «El afán por aprender es una actitud ante la vida que me encanta», confiesa.

-Periodista y ya con dos novelas de éxito en el mercado. ¿Qué te da más satisfacciones, el periodismo o la literatura?

-Los dos por igual. Es como si preguntas: ¿a quién quieres más, a papá o a mama? El periodismo es mi vocación y la literatura es una afición muy reconfortante que me ayuda a desconectar de la vorágine de la actualidad.

-¿Es quizás también la escritura una forma de expresar las emociones?

-Esa idea me ha seducido siempre. Crear tramas, construir personajes, ver cómo sienten y sufren, bucear en su psicología más íntima. Al final, todos sangramos por las mismas heridas en la vida real y en la imaginaria. El amor, el desamor, cómo superar un duelo, nos toca a todos, porque es la vida misma.

-«Me llamo Malena y es posible que muera hoy». Así arranca tu novela «Olvidé decirte quiero».

-Eso es. Malena acaba de sufrir un accidente de tráfico. En ese momento, ante la muerte, le vienen atropelladamente a la cabeza muchos pensamientos en forma de ensoñaciones. Todo eso que ves, como si fuera la película de tu vida, cuando esta pende de un hilo. La protagonista recuerda, reflexiona y comenzamos a conocerla a través de conversaciones pendientes, te quieros que no ha dicho, recuerdos...

-Y tú, ¿cuántos te quiero tienes por decir?

-Llevo las conversaciones al día y tengo pocos te quiero en el tintero. Intento llevar el saldo de los te quiero al día. Eso sí, tampoco creo que haya que decirlo por decir, considero que hay que decirlo cuando se siente de verdad.

-¿Por qué crees que nos cuesta tanto decir «te quiero»?

Porque nos cuesta mucho gestionar adecuadamente las emociones. Pero también nos cuesta decir perdón o decir «me he equivocado». Todos deberíamos ir a clase de educación emocional.

-¿Tú también eres de las profesionales que no sueltan prenda a nivel emocional?

-No, yo soy bastante expresiva. Es verdad que no regalo las palabras, pero intento ser generosa con la gente a la que quiero.

-¿Y cómo andas de miedos?

-Aunque no me considero miedosa, lucho por vencer mis temores, porque no me gusta que me paralicen. Sin duda, mi mayor temor es que le suceda algo malo a alguien cercano, una pérdida, una enfermedad. Trato de no pensarlo mucho.

-¿Te arrepientes de algo?

-¿Arrepentirme? Nunca. La vida me ha ido demostrando que he sido valiente con las decisiones que he ido tomando. Dejé una plaza fija en la televisión pública y al poco tiempo me llamaron de Antena 3. Soy positiva y siempre pienso que me encuentro en el mejor momento de la vida.

-¿Cómo llevas lo de pasar a hacer las preguntas tú a que te las hagan a ti?

-Bueno, ha sido un gran cambio, la verdad. Me gusta más hacer preguntas que responderlas, porque soy y me siento más periodista que escritora. Durante las primeras entrevistas, me daba mucho pudor hablar de mis novelas, porque son como mis hijas. Pero, poco a poco, me he ido acostumbrando. En cuanto a las preguntas más personales, en ese terreno prefiero no entrar. Son facetas personales que me las reservo para mí.

-¿Qué tal te llevas con las críticas?

-Las encajo con sentido del humor, no queda otra. Creo que si se hacen con respeto hay que aceptarlas, pero por suerte las críticas de mis dos novelas han sido estupendas.

-¿Con qué noticia te gustaría abrir el informativo mañana?

-Hay unas cuantas. Una solución digna para el problema de los refugiados, que se resolviese el problema del paro y hubiese trabajos y sueldos dignos para los que llevan años sin trabajar.

-¿De niña jugabas a ser periodista?

-Sí. Jugaba a entrevistar a mis padres y recuerdo que con once años grabé un programa de radio en un radiocasete. Eran juegos muy tiernos y me traen muy buenos recuerdos. Mis padres me han contado que de niña era muy habladora y risueña.

-¿Cómo reaccionaron tus padres cuando les contaste que ibas a publicar una novela?

-Al principio, con cierto temor. Me dijeron: «A ver dónde te estás metiendo». Pero después, cuando vieron la buena acogida del libro, se sintieron muy orgullosos de mí.