Mar Castro: «Vivimos por y para los likes»

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MARCOS MÍGUEZ

Para cualquier tipo de comunicación las formas son fundamentales, y aunque parezca que en las redes sociales todo vale no es así. Mar Castro, experta en estos temas, nos echa una mano y nos guía en su último libro, «NETiqueta», para que entendamos y apliquemos bien el código en la Red

12 nov 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Mar Castro se lo sabe todo de nuestros comportamientos en Internet. Acaba de publicar con un éxito rotundo NETiqueta.Comunicación en entornos digitales, que ha conseguido el premio Paraugas al mejor libro en los primeros galardones de la Comunicación y del Márketing de Galicia. Experta en redes sociales, el texto es una novedad sobre el tema y en él aborda los comportamientos apropiados en los entornos digitales, propuestos y aceptados por los usuarios. Vamos, cómo nos comportamos y los códigos que debemos aplicar en cada ocasión.

-¿El correo electrónico sigue siendo el rey?

-Sí, sí. Pero, ojo, porque lo estamos utilizando mal. Cuando yo te envío algo por correo, lo normal es contestar aunque sea brevemente: «ok», «recibido». A mí me encanta el «Recibido y gracias». Lo importante es que el receptor indique que ya lo tiene, pero, no me digas ‘recibido’ y a la semana siguiente que no puedes abrir el archivo adjunto. Sé listo, ábrelo y manda recibido. En mi opinión, otro error que se comete mucho es enviar el mismo correo a tres direcciones que tú tengas, eso es invasivo. Escríbeme a uno y dime qué información quieres pasarme y adónde te lo envío, eso es tener delicadeza y habla de ti. Hay que cuidar la marca personal a través de la Red.

-¿Cuál es el error más común en WhatsApp?

-Decir que sí a todos los grupos. Interactuar en todos. Y otra cosa muy importante: de los grupos se sale. Si no conoces a la mayor parte, ¿qué haces ahí? Si no deja de sonar cada tres segundos tu móvil, te puedes salir sin ningún problema.

-Pero tenemos la sensación de que los utilizamos mal, ¿no?

-Sí, y además hay que tener en cuenta que el lenguaje messenger se utiliza solo en WhatsApp. Ahí olvidas las interrogaciones, las exclamaciones iniciales, los adverbios, las conjunciones. ¿Pero cuándo? Cuando el mensaje no cambie, no dé lugar a equívocos. El lenguaje messenger es exclusivamente para WhatsApp, que es un lenguaje oralizado. En las redes sociales se escribe o se debe escribir con pulcritud. Otro gran error, que se comete mucho en Facebook, es escribir demasiado. ¡Si se recomiendan solo cuarenta palabras!

-En Facebook hay mucha gente que se muestra siempre happy, desinhibida... Feliz como una perdiz.

-Tu marca personal, física, tiene que ser exactamente igual a la que muestras en un entorno digital. Yo tengo que ser en las redes como soy cara a cara. No puedes cambiar, tienes que ser igual. El grave error es creer que estar en la red es facilísimo. ¿Qué demanda? Conocimiento. ¿Qué ganas? Conocimiento. Lo que exige, además, te lo proporciona. Porque compartir es la premisa de las redes sociales: conocer, conectar, compartir, crear comunidad. Compartir aquello que tú controles. De hecho esas son las bondades de la Red: das conocimiento y recuperas conocimiento.

-Así que uno debe «no mentir» si no «miente». ¿Y criticar?

-En Twitter o en Facebook cualquiera puede entrar fácilmente, por eso hay que controlar mucho lo que ponemos. Yo, por ejemplo, tengo mi cuenta profesional y mi cuenta personal. Las faltas de ortografía, los rumores, las críticas afortunadamente están mal vistas en las redes sociales. Y eso me gusta. Si quieres criticar algo critica una acción concreta, no a una persona. Y un poco envuelta, para que no se vea esa crudeza. Twitter es tremendo. Como exige concisión la gente se lanza y no concreta. Y hay que pensar antes de escribir, antes de hablar y antes de publicar. Yo escribo y muchas veces estoy dándole vueltas antes de darle al intro. Hay que pensar para todo.

-No todo vale.

-No, no vale. Lo que se habla en WhatsApp se queda en WhatsApp, evidentemente es más informal. Yo no entiendo a las personas que utilizan el usted en Twitter, porque eso es distante. O esas fórmulas fijas de los correos: «Estimado, estimada». Lo mejor es personalizarlo, cuidar las formas, aunque te lleve más tiempo.

-¿Esas formas cuidadas no van un poco en contra de la inmediatez?

-Pero no todo vale, eres tú quien está detrás. Oye, si alguien te quiere contratar van a mirar tu comportamiento en las redes sociales, cómo te expresas, qué fotos subes, qué ideología tienes.

-¿Y los que se hacen una cuenta solo para mirar? ¿Está bien visto?

-Eso no es muy recomendable. No es necesario que escribas, pero muévelo un poco, varía lo que tienes...

-¿Alguna red a la que le tengas manía?

-Para mí Facebook ha degenerado mucho, es un poco patio de marujas. Es una red de postureo, de la felicidad, el éxito aparente. En Facebook las apariencias son muy sofisticadas. Mucho de lo que ofrece no es realidad. No vale cualquier cosa para publicar, hay una cosa que me encanta: la métrica de la vanidad. ¿Sabes lo que es? Los me gusta, los likes, vivimos por y para eso. Para tener 70 me gustas.

-Lo curioso es también cuando le das a «me gusta» aunque no te guste, solo por el hecho de que esa persona te cae bien o te viene bien caerle bien. Y al revés: como tú no me caes bien, a pesar de que lo que acabas de publicar me gusta no le doy al «like».

-Error. Es como cuando tú respondes: como tú siempre me das al like yo te lo doy. Primero lee, tu like significa te apoyo. Es una falsedad, todo eso es imagen.

-¿Qué te parece Instagram?

-Es la red visual, triunfan las máximas y las imágenes. Pero lo importante es el comentario, si solo subes la foto está mal, hay que añadir texto, comentarla.

-Como madre, ¿qué recomiendas?

-Yo recomiendo a los padres que hablen mucho con los hijos. A mí me aterra lo que veo en fotos muy provocativas. Me da pánico. O subir muchas fotos a Facebook de los niños. A ver, no todo es negativo, no hay que ponerles todo negro, pero hacerles ver qué significa y que eso les puede pasar factura después, y se pueden arrepentir. Pero hay que enseñar también las ventajas.

-Hay un poco de saturación también, presentadores, gente famosa que ha necesitado salirse de las redes.

-Un personaje público se enfrenta a eso, pero si te ofenden y te das por ofendido con el mismo tono es un error, una opción es bloquear o que un especialista te lo lleve.

-¿Desaparecerán las redes por esta saturación?

-No, no. En este momento somos todos líderes de opinión, podemos expresarnos. Por eso creo que lo importante es medir bien nuestras palabras. Somos responsables de lo que ponemos. No hagas las cosas en caliente. Hay veces que tendrás que resolver las cosas públicamente y otras de forma privada. Depende de cada caso.