Quédate con buen sabor de boca

La Voz

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CAPOTILLO

¿ADÓNDE LES LLEVARÍAS PARA TRIUNFAR? Llega el momento de apostar por tu ciudad a una sola carta en esto del comer y el picar. ¿Cuál te quedas? De una tortilla o un pulpo a una lubina marinada, con estos platos es seguro: ¡volverán!

19 sep 2016 . Actualizado a las 17:29 h.

Si ya resulta complicado cumplir uno mismo con las expectativas de familiares y conocidos, mucho más lo es cuando es otro el que tiene que dar la talla ante ellos. Y más aún si se trata de unir todas las virtudes en su local. Tienes una sola oportunidad para demostrar a quienes no conocen tu ciudad y su gastronomía que es la mejor de todas y, por si fuera poco, la más típica. ¿Por cuál te lo jugarías todo? ¿Por el que todavía sirve el vino en cunca? ¿El que pone el mejor pulpo, los mejores calamares o el mejor chuletón? ¿O tirarías por ese de la decoración tan carismática o de ese otro que apuesta por un toque diferente para el producto de calidad? Si se trata de juntar todas estas características, la lista se reduce, y seguro que ya empiezan a afinarse los nombres.

PARVADAS Y CALAMARES

En Pontevedra la relación de nombres queda reducida prácticamente a uno, el Parvadas. Por su nombre, por ser uno de los más emblemáticos, por estar en el epicentro exacto de la ciudad -justo detrás del santuario de A Peregrina-, servir el vino en taza y haber sido cuna de la peña de la Boina, una de las de más tradición de la villa. Son ellos quienes custodian, desde una de las mesas de su patio interior, la terraza elevada y cubierta por parras, que continúa siendo un secreto para gran parte de los propios pontevedreses. No importa cuántos vinos se hayan tomado allí a lo largo de los años, el tesoro solo aflora en verano y hay que estar atento para dejarse atraer por él. Eso es lo que hacen precisamente José Ferro, su mujer y sus dos hijos, Manuel y Martina, cada vez que regresan desde Madrid, donde viven, a Pontevedra. Y, como lo mismo bueno que quieren para ellos lo desean también para los suyos, hacen lo propio cuando reciben la visita de alguno de sus amigos de la capital. Es su manera de presumir de calamares, zorza, pimientos y, sobre todo, de ciudad.

SANDRA ALONSO

LA TASCA TOTAL

Si hubo un local de hostelería que vio venir el éxito turístico de Santiago hace más de 25 años ese fue O Gato Negro, en la rúa da Raíña. Cuenta el exconselleiro Vázquez Portomeñe en sus memorias que sobre una de sus mesas hizo los primeros garabatos del Pelegrín, la mascota del Xacobeo. Sin aquellos dibujos y sin la idea de recuperar el Camino y Compostela como un destino universal no se entendería que hoy en cualquiera de sus mesas o encima de sus barriles de vino puedan coincidir coreanos, alemanes y brasileños, entusiasmados al adentrarse en la historia a golpe de taza. O Gato Negro es la tasca total, con comida casera y original -la empanada de congrio o el hígado encebollado son algunas de sus especialidades-, buen vino, clientes peculiares y la solera que dan 96 años de trayectoria. Pili Costoya y Manolo Vidal representan la cuarta generación familiar al frente de un negocio que sale en las guías más insospechadas. Ellos están encantados de abrir cada día al filo de la una de la tarde y comprobar que ya hay gente esperando para adentrarse en un universo que casi no ha cambiado en el último siglo. Junto al bar Negreira y al Orense son los locales más singulares que resisten en la zona vieja tras una transformación radical del sector, que ganó en comodidades y estética pero que perdió autenticidad. Es, además, un local de temporada. Igual que los niños vuelven al colegio en septiembre, en estos días empiezan a asomar por su puerta de madera verde los clientes de toda la vida, que en verano dejan su hueco en la barra para que turistas y peregrinos cumplan con otro de los ritos paganos de la ciudad del Apóstol.

OSCAR CELA

UNO MÍTICO EN LUGO

Si alguien viene a visitarte a la capital lucense y quieres llevarlo a comer, cenar, tomar un vino o tapear, el sitio idóneo es A Nosa Terra. Se trata de un restaurante mítico, situado en pleno centro de Lugo -en la Rúa Nova- que dispone de una preciosa decoración y ofrece un buen servicio. Lo regentan Manolo y Celia, un conocido matrimonio que ofrece al cliente un magnífico trato y una buena calidad en sus productos. «Siempre que viene alguien a visitarme lo traigo aquí. Es un sitio muy agradable y donde se come de todo y a buen precio», relata Jesús, un cliente habitual.

«Cuando organizo mi cumpleaños o una quedada con mis amigas de otras ciudades elijo este local. Es un sitio muy cómodo porque está al lado de la zona de marcha y además cuenta con una amplia variedad de platos», dice por su parte Nerea. Este local típico cuenta con una gran variedad de menús en su carta. Desde entrantes, carnes, pescados, tortillas, ensaladas... a un sinfín de platos cocinados con gran esmero y cariño. El local cuenta con dos plantas. Una primera, donde se ubica la barra; un comedor informal y decorado de manera enxebre y una bodega, donde también se sirven comidas, estas más bien por grupos. En la segunda planta se encuentra el comedor que a la vez se divide en dos: uno más amplio y otro más reservado.

MARCOS MÍGUEZ

TOMATITO EN O LAGAR

En A Coruña hay tomate o, mejor dicho, tomatito. ¿En salsa o en ensalada, cómo te lo comerías? Y si te digo que es un postre. Uno de esos a los que la gente sigue la pista por las mesas de O Lagar da Estrella. «El tomatito entra por los ojos, la gente lo ve pasar y dice ¡yo quiero uno!», dice Elisa Romero, que en junio del 2015 abrió con su marido, José Manuel, este Lagar. No es, advierte, un restaurante «puro y duro», sino más bien un gastrobar que quiere llegar a todo el mundo dándole al producto de calidad de siempre un aire nuevo, diferente. Bienvenido a este local con gusto, con distintos ambientes y donde puedes tomarte una caña, picar unas croquetas o bien quedar para cenar una lubina o una caballa marinada. El lomo de vaca gallega a la plancha con pimientos asados y el sanmartiño con judías tiernas son otras opciones que atraen paladares a O Lagar. Los productos de mar y tierra de temporada marcan la carta, una carta variable guiada por la mano de Álvaro Gantes: «Es nuestro chef y cuenta con un buen equipo. El corazón de un buen restaurante es una buena cocina», asegura Elisa. Nos vamos, pero quedamos en volver a por el tomatito, ese postre «relleno de crema de vainilla, chocolate blanco y fruta de la pasión. Es como un pedacito de bosque», detalla Elisa. A por él.

Antonio Cortés

EL PULPO EN OURENSE

No existe mejor lugar en el mundo para tomar pulpo que Ourense. Por eso cualquier persona que llega por primera vez aquí lo que quiere es poder degustarlo. Mejor en plato de madera y con palillos. Se puede tomar todos los días y casi en cualquier establecimiento hostelero. Pero es en domingo cuando parece saber mejor. Una de las cosas que más sorprenden en la jornada dominical al visitante son los puestos de pulpeiras en cada rincón de la capital y provincia ourensana. Con los puestos en plena calle y colas y colas de personas con bolsas o potas para coger raciones que llevar a casa. Pero si hay un lugar en donde este ritual es todavía más especial es la zona de Oira, a las orillas del Miño. Varias cafeterías abren sus puertas en este espacio y en el centro de ellas se instala una pulpeira.

Los propios hosteleros ofrecen platos a los comensales para que se acerquen al puesto a comprar pulpo que degustar en sus establecimientos, en donde se sirven la bebida y el pan. El hecho en sí ya sorprende al que por primera vez aterrice en la zona. Y es una visita obligada para aquellos que quieren regresar a sus lugares de origen y presumir de vivir al cien por cien la gastronomía ourensana. Si a todo esto le añades un día soleado a orillas del río, entonces la experiencia se convierte en única. «Yo vengo todos los domingos. Siempre pido tres raciones para dos personas. Es que es el mejor sitio y en donde para mí está el pulpo más rico», explica Patricia Carrajo, mientras transporta dos grandes platos de pulpo. Una cita obligada para quedarse con buen sabor de boca.