Los labios de Aamito

Fernanda Tabarés DIRECTORA DE V TELEVISIÓN

YES

25 jun 2016 . Actualizado a las 05:50 h.

La que ven es la boca de una modelo ugandesa llamada Aamito Lagum. Tiene 23 años y ha sido una de las revelaciones de la Semana de la Moda de Nueva York. La firma de cosméticos MAC colgó esta imagen en su cuenta de Instagram. Los maravillosos labios de Lagum representaban la grandeza de la diversidad humana en todo su esplendor. La decisión de la multinacional, que como todas utiliza su Instagram como herramienta de márketing, provocó una reacción inicial en la joven. «Al principio, me sentí halagada, porque de verdad creí que mis labios se veían preciosos», declaraba esta semana a The New York Times. Pero en seguida la iniciativa alentó una corriente de odio que a su vez ha provocado una reacción planetaria. Cientos de personas colgaron comentarios racistas, vejatorios, xenófobos, indignantes. «Comencé a leerlos y fue un poco inquietante. Escribieron cosas horribles y no estaba tan sorprendida, lo cual resultó desalentador». La modelo compartió la foto en un blog sobre el incidente y escribió: «Mis labios provocan noches de insomnio».

MAC reaccionó con energía y decidió denunciar ante las autoridades a todos los racistas y provocadores convencidos de que no era un asunto menor. No solo eso. Puso en marcha una campaña titulada «Todas las edades, todas las razas, todos los sexos» e instigó un movimiento etiquetado en las redes como #PrettyLipsPeriod que ha alentado el orgullo por la diversidad y la decisión de neutralizar a todos aquellos que viven instalados en la discriminación y la xenofobia amparados en el anonimato al que tantas veces recurren los cobardes.

Sería un error pensar que los labios de Aamito son un asunto menor enmarcado en el contexto una industria que tantas veces se identifica con la frivolidad como es la moda. Un territorio que sin embargo influye en el comportamiento de millones de personas y en el punto de vista que tienen sobre el mundo. Mientras la joven ugandesa era insultada, mientras sus labios se inspiraban el rechazo, en Europa se avanzaba un minuto más en esa espiral racista en la que en estas horas anda el continente. Ahí ha estado, sin ir más lejos, el Brexit, que más allá de un debate económico ha sido una exhibición de xenofobia en una región del mundo que ha sido capaz de lo mejor y de lo peor. Hay alertas suficientes en Francia, en Austria, en Holanda, en Alemania para estar preocupados. Y en ese mundo paralelo de la Eurocopa estamos viendo a diario imágenes de cafres disfrazados de futboleros humillando a pobres a los que tiraban monedas; antes los vimos en la plaza de España de Madrid. Son siempre los mismos y hay evidencias suficientes de que, si se les deja, son capaces de hacer de nuestras vidas un infierno.

Un portal de viajes danés llamando Momondo ha utilizado el márketing de guerrilla para dar una lección sobre lo absurdo que resulta abundar en el concepto de raza. No hay más razas que la humana. Ellos lo demostraron juntando a personas de aspectos físicos en apariencia contrapuestos, individuos con tonos de piel diferentes. Los dejaron hablar para que dieran rienda suelta a sus prejuicios y se reafirmaran en su ubicación racial. Los chinos se sentían muy chinos; los alemanes muy alemanes y los indios, los más indios y distinguidos de la tierra. Pero la iniciativa, bautizada como «The DNA Journey», recurrió a la ciencia para demostrarles que todos estaban equivocados. Un sencillo test genético les enseñó que todos eran mucho menos puros de lo que creían y que el negro de enfrente era más parecido al blanco de al lado de lo que ambos pensaban.

Mi sueño es mirarme al espejo y encontrar en mi boca los maravillosos rasgos de los labios de Aamito.