Cuanto más tiempo en la cocina... menos engordas

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ANGEL MANSO

VUELVE LA DIETA DE LA ABUELA La última recomendación de los gurús de la comida sana coincide con la cantinela que escuchamos desde niños: la comida casera es sanadora. Y no solo eso, contiene menos grasas, aunque la clave de este método es saber comprar y lo ideal son alimentos crudos, para preparar en casa.

16 abr 2016 . Actualizado a las 09:34 h.

«Come lo que quieras, pero prepáralo tú», es la recomendación de David Cutler, un reputado académico de Harvard, que demostró que la obesidad crece mucho más en sociedades que van dejando de lado el hábito de cocinar en casa. Un ejemplo es la americana, donde la media es dedicar solo 27 minutos al día y comer de pie cualquier menú preparado. Las tesis de este estudioso son también el argumento del escritor Michael Pollan, que cuenta con un montón de obras en las que asegura que cuanto más tiempo se pasa en la cocina más se cuida la salud y la línea. Para empezar, el autor de El detective del supermercado asegura que freír unas simples patatas en casa ya es una mejora sobre unas compradas en un establecimiento que probablemente son fruto de una larga cadena de procesado. Si las patatas se adquieren en el mercado y se ponen en la sartén con un buen aceite, ya estamos simplificando el número de sales y aditivos que implican unos chips de bolsa.

Los dos expertos tienen claro que lo ideal para las sociedades más modernas sería desaprender los hábitos adquiridos en los últimos años y volver a los fogones, pero no por obligación, como nuestros antepasados, sino por placer. Y tan importante es aprender a guisar como saber comprar. Por eso en sus obras aportan una larga lista de consejos para hacerse con alimentos que engordan menos, son más sanos y en la mayoría de los casos mucho más baratos. En Saber comer: 64 reglas básicas para aprender a comer bien (en editorial Debate, al igual que la obra anterior) Pollan propone tratar de escapar a los productos que se anuncian en la tele y tener al menos una maceta con algo que cultivemos nosotros mismos (aunque solo sea albahaca y perejil). Otra de sus recetas curiosas para cuidarse es cocinar productos que sabemos que se pudren. En esta línea trabaja el sello Lunwerg, que cuenta con una colección de recetarios con estos superalimentos para preparar en casa.

MENOS DE 5 INGREDIENTES

Lo ideal es comprar algo recién recolectado (el último lujo que ofrecen restaurantes como el Miga, en A Coruña, son menús con ingredientes que han viajado menos de 35 kilómetros); pero cuando el tiempo o las circunstancias no lo permiten hay trucos para abastecer la cesta con lo más saludable. El más efectivo es optar por alimentos frescos o crudos o aquellos que no cuentan con más de cinco ingredientes: «A menos componentes, menos probabilidades de que estén procesados», recomienda un autor que aporta otra regla: los componentes deben ser tan conocidos como para que un niño de cinco años pueda pronunciarlos. Otra pista del detective alimentario es evitar platos cocinados en lugares donde todo el mundo tiene que llevar mascarilla y negarse a comer algo que dan a través de la ventanilla en el coche. En resumen, casi todas las normas que, por lógica, siguen buena parte de las abuelas. Kika Evia es una de las que las practica y recomienda, aunque ella se apoya en uno de los robots de cocina más famosos del mercado: «Cocinar en casa es más sano, claro que no engorda tanto esta comida y encima te pone de buen humor», cuenta a media mañana en su cocina del barrio ferrolano de Canido mientras prepara una crema de verduras que cumple, sin haberlas leído, las normas de las últimas publicaciones de los gurús de la alimentación: alimentos crudos del mercado más cercano a su casa.