¿Cuántos kilómetros andamos en casa?

YES

PACO RODRÍGUEZ

CUENTA TUS PASOS DIARIOS Aferrados a una pulsera, a una aplicación del teléfono o a un podómetro, cada vez más gente se suma al objetivo de alcanzar los 10.000 pasos diarios. ¿Pero tiene efectos saludables la distancia que recorremos cada día en casa o en la oficina?  

18 abr 2016 . Actualizado a las 15:42 h.

Tres kilómetros y medio y 5.500 pasos. En esa miserable media se mueve mi semana. Rodeada de cuenta pasos, aplicaciones y pulsómetros de todas las formas y colores, bombardeada por titulares que me piden que alcance los 10.000 pasos diarios, lo reconozco: la app de salud de mi móvil es mi nueva adicción? ¿sana?

7.44 minutos de la mañana. Parada del autobús. Desayuno, ducha y a la calle. Total, 467 pasos. «Todo lo que haces va a tu cuenta, siempre es positivo. Pero no vas a conseguir una buena forma física ni un buen rendimiento cardiovascular si vas a ritmo de escaparates», dice el doctor Manuel Viso. «Como te decían en el taller con el coche, písale para que no se acomode, pues el corazón también quiere que tires de él», añade el médico.

PASOS 0, OFICINA 1

8.00 horas. En la redacción de la emisora, 847 pasos para empezar la jornada? y la gráfica del móvil se burla durante las siguientes horas, con una raya horizontal que apenas se mueve cuando subo y bajo las escaleras. Y al parecer, correr por la oficina no es suficiente. Según el doctor Viso, «no quemas casi nada. Si lo pones haciendo las tareas de casa, te salen muchos pasos. Y en la oficina. Ese movimiento, salvo que sea subir escaleras, quema poquísimo. No supone nada llamativo a nivel de adelgazar o de coger forma física o de cuidado cardiovascular. Si quieres realmente cumplir con uno al menos de esos tres objetivos, no vale dar pasos por dar pasos», sentencia.

Contar se ha convertido en una costumbre también para Ana María Yebra. Trabaja en un local de hostelería que es también un espacio de ocio. «Un día nos preguntamos por curiosidad los compañeros cuántos pasos haríamos en el trabajo. El día que lo calculé, en una jornada normal, fueron unos 20.000 pasos», explica. Claro que su caso es el de una persona muy activa. Corre, camina, patina y va al gimnasio. «Cuando voy a caminar, llevo un programa en el móvil que cuenta kilómetros. Los pasos más bien los mido en casa o el trabajo», dice Ana. «Hay días que por trabajo no puedo hacer deporte, e intento hacer más pasos para compensar y motivarme esos días».

14 horas. Sin salir de la emisora, la pantalla indica algo más de 1.000 pasos y 0,67 kilómetros. A ver cómo llego a los 10.000 pasos hoy, aunque solo sea por motivación. Porque esta es la clave de tanta aritmética. Según Luis Durán, entrenador personal en Entrenamiento y Salud, «que una app, un médico o un entrenador nos ayuden a marcarnos objetivos, que nos motiven, que nos alejen de la fuerza gravitacional del sofá, es positivo». Pero Durán recuerda que cada caso es único y que debe estar supervisado por personal cualificado. «Cada vez se están implantando más sistemas de medir niveles de actividad, pulseras, smart watches», explica. Pero insiste en que no nos debemos fijar solo en los números: «Habría que fijarse en las capacidades de cada persona, no tiene que haber una cifra determinada. Yo me fío más de la percepción del esfuerzo».

CAMINO DE SUPERACIÓN

A las 16.30, comida por medio, cocina recogida y café, arrastrada por la fuerza gravitacional del sofá, la saludable aplicación del móvil me devuelve algo menos de 2.000 pasos. ¿Qué dice el médico? «Hay que buscar vías de superación. Si empiezas con 3.000 pasos, mañana intenta superarlo. Fuera de eso, contar no tiene sentido». Marca también otros parámetros a tener en cuenta: «¿Quieres adelgazar? Lo importante es caminar a un ritmo medio de 125-135 pulsaciones por minuto, es donde el cuerpo consume más grasa», detalla Manuel Viso. Y en cuanto a tiempos, por encima de 30 minutos.

En un gesto inusual (¿será la motivación a la inversa de la pantalla del teléfono, que amenaza con llamarme vaga?), aterrizo en la piscina. El móvil no sumergible se queda en la taquilla. Cuatro vergonzosos largos y 100 humillantes metros después, descubro que subir dos pisos, poner una lavadora, colgar la ropa, poner la mesa y recoger la cocina suma 900 pasos. Me debo 5.000 zancadas, ¡será mañana!