Dos besos, ¿por qué?

Alba Precedo

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MUAC, MUAC Mejilla derecha, mejilla izquierda. Repartimos besos dobles con los consiguientes impactos de labios en la mejilla, restos de saliva y picos accidentales. Y no lo hacemos bien, dicen los expertos. Que levante la mano a quien su madre no le haya dicho «dale dos besos» al familiar de turno. ¿Es necesario?  

13 feb 2016 . Actualizado a las 15:40 h.

Es llegar a cualquier sitio y, para saludar, dos besos en la mejilla. Muac, muac. Siempre igual y con el mismo resultado: impactos de mejilla o de labios en la mejilla, restos de saliva o pintalabios que limpiamos más o menos disimuladamente, picos accidentales por no poner primero la mejilla derecha? ¿Y por qué esa costumbre de dar dos besos para saludar? «Es una cuestión cultural», apunta Núria Costa, psicóloga de SonComoSomos. Pero no estamos solos en esto. Cuando traspasamos nuestras fronteras, descubrimos que, por ejemplo, en Italia el orden es la mejilla izquierda y después la derecha, justo al revés. Y siguen siendo dos, porque en Francia y Rusia son tres, y en buena parte de América se estila dar solo uno. 

Después están muchos países orientales, con Japón al frente, donde para saludarse optan por el nulo contacto físico y se decantan por una leve inclinación de cabeza. «Para muchos es un gesto socialmente aceptado que en otros países puede resultar inadecuado. La cultura determina la diferencia según las creencias que se asocien al acto», explica Núria.

Listos estos nipones que se ahorran el paseíllo de la vergüenza que hay que hacer cuando llegamos tarde y nos toca saludar a todo el mundo. Y fácil lo tenemos si sabemos que en esa ocasión toca decir hola con un beso, porque el dilema entre besar la mejilla o el apretón de manos es una constante. «Los dos besos son para cuando hay confianza, una relación o en un entorno informal. En el trabajo nunca se debe hacer, ni entre hombres y mujeres, ni entre mujeres. Un apretón de manos es el saludo más universal y profesional que hay», asegura Mar Castro, experta en comunicación y protocolo. 

El asunto de los dos besos se complica más si se es mujer. Mientras ellos siempre se dan la mano, ellas terminan dando dos besos a ambos bandos, exceptuando los ambientes formales. Y eso que el tipo de saludo, tal y como me cuenta Mar, lo decide la mujer. «El problema es que muchos hombres no lo saben. Hay veces que la mujer estira el brazo indicando que quiere un apretón de manos y de repente él, o ella, te da la mano y tira para dar dos besos. ¿Qué haces? Pues con naturalidad, y la próxima vez buscas una barrera en el medio para que no lo haga», explica entre risas.

INSONOROS Y SECOS

Y, cuando no hay barrera y estamos en un ambiente familiar, para cumplir a rajatabla el protocolo de los dos besos no solo hay que saberse al dedillo a qué lado girar la cabeza para evitar ese roce de labios accidental, como el reciente pico entre Jennifer Lawrence y Natalie Dormer. Por un lado, tienen que ser silenciosos, nada de esos sonorosos muac. Y, por otro, deben ser secos, sí, sin dejar saliva, ni pintalabios, ni nada. «Lo que hace la gente es poner los labios en la mejilla y no. Se llama beso en la mejilla porque es mejilla contra mejilla, los labios no tocan la mejilla», afirma Mar, que apunta a que el beso con labios en la mejilla es para «contextos de una tremenda confianza». Es decir, con la pareja o los más pequeños de la casa. 

Niños a los que desde pequeños sus padres enseñan a dar dos besos por doquier. ¿Quién no ha escuchado eso de «dale dos besos» de boca de alguna madre? «Es una forma de transmitir las conductas sociales: se enseña cómo uno debe comportarse ante el saludo. También es una manera de transmitir valores y actitudes», explica Núria que también considera que es una fórmula para decir «esta persona es confiable, acércate a ella». Además, como bien reconoce Mar, sería cuanto menos curioso ver a un niño dando un apretón de manos. 

Y, así, generaciones enteras han crecido marcadas por esos besos con restos de saliva y que en su madurez han intentado alejar. O, por lo menos, algunos. «En un contexto privado puede ser visto como antisocial abstenerse de dar dos besos en una presentación, pero es decisión de cada uno. Lo que se puede hacer es dar la mano o simplemente levantarla para un hola genérico. Es igual de respetable que si a la persona le gusta dar dos besos», admite Mar Castro. Y es que, tal y como me confiesa esta experta en protocolo, una de las cosas que hacemos mal casi todos los españoles es que siempre damos dos besos y tuteamos a todo el mundo y «eso es un horror». Tomemos nota.