NI UN MILLÓN Ni los 200 o 500 que acumulamos en Facebook. El número clave es 150. ¿La razón? Es el límite de relaciones estables que impone nuestro cerebro y que podemos mantener
29 ago 2015 . Actualizado a las 09:16 h.Roberto Carlos (ojo, el cantante, no el futbolista) nos metió la idea en la cabeza. Él plantó la semilla con su mítico «yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar». Años más tarde, llegaría Mark Zuckerberg para regar la planta poniendo al alcance de un simple clic la amistad. Sin embargo, aunque nos empeñemos, nuestro cerebro no está de acuerdo. O por lo menos eso es lo que dice Robin Dunbar, que estableció en 1992 que 150 es el límite de relaciones estables que una persona puede mantener, cuyas circunstancias y datos se recuerdan. El número Dunbar (que en realidad es 147,8) no lo dictó al azar, sino que está relacionado con el tamaño y la capacidad de proceso de la neocorteza cerebral y el paralelismo observado en primates para predecir así el tamaño del grupo social de los humanos.
Es decir, hablando claro, que solo podemos tener 150 amigos. Sí, aunque tengamos 500 en Facebook. Eso sí, no todo el mundo es tan radical como este antropólogo británico. «Depende de cada persona y de su estilo de vida. Hay características, como ser sociables o extrovertidos, que influyen en las relaciones, y en esto cada persona es un mundo», explica la psicóloga Luisa Pereda. Por su parte, para Verónica Herrán la clave es «no centrar la atención en el número, sino en la intensidad de la relación» ya que a veces es suficiente contar con un mejor amigo (BFF para las nuevas generaciones) y después otras relaciones sin este nivel de profundidad.
Aquí radica el quid de la cuestión: qué entiende cada uno por amigo. Valor universal, según Luisa, es alguien «afín a nosotros con quien compartimos una relación afectiva, tiempo, sentimientos, intereses? Es esa persona con la que puedes contar, y sabe que si te necesita, vas a estar. Que nos complementa y enriquece porque con él compartimos buenos y malos momentos». A esta ecuación hay que añadir que no es igual lo que entendemos por amistad con cinco, 24 o 58 años. Tanto es así, que en el 2012 The New York Times se preguntaba por qué a partir de los 30 es más difícil hacer amigos. Y razón no le faltaba, ya que según avanza nuestra edad somos más selectivos, «pues sabemos que son nuestra elección y nos quedaremos con los que realmente nos aporten bienestar emocional», asegura esta psicóloga.
LOS VIRTUALES
Con espacio para 150 y sabiendo que nuestra percepción cambia con la edad, hay que ser conscientes de que hoy, en los tiempos de las redes sociales, la palabra ?amigo? ha perdido matices. En Facebook y Twitter (aunque aquí se habla de seguidores) ahora, y antes en Tuenti y Messenger, este vocablo es, para Verónica, «una etiqueta para denominar lo que serían los contactos de la agenda». Y es aquí cuando empezamos a multiplicar y aparecen esos amigos de la infancia con los que no hablas desde los cuatro años, los compañeros de trabajo y un largo etcétera que llega hasta las varias centenas. ¿Todos amigos? No, son lo que Luisa llama «amigos virtuales» y que, en ocasiones, «buscan suplir las conexiones personales significativas de las que muchas personas carecen en la vida real. Si sustituyen a las relaciones humanas, estas se empobrecen y ahí tendríamos que valorar hacia dónde queremos ir y cómo estamos evolucionando». Ya lo dice el refrán: quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Y según Robin Dunbar, son 150. Aunque, como asegura tu madre: los «de verdad» se cuentan con los dedos de una mano.