Mi segunda nómina llega el día 10

YES

VENDE Y COMPRA EN CUESTIÓN DE SEGUNDOS Si tienes ropa en el armario que no te pones, esta es la mejor opción para deshacerte de ella y comprar nuevos modelos sin gastar. Bienvenido a Chicfy, el mercadillo de ropa más grande de España.

30 may 2015 . Actualizado a las 05:10 h.

Menuda cucada, guapi. Acostúmbrate porque si quieres triunfar en Chicfy, esta es la clave. La aplicación, que se ha convertido en la mejor opción para deshacerte de aquellas prendas que no usas a cambio de unos eurillos, tiene su propio lenguaje. No basta con decir «Por favor, me puedes decir cuánto mide de ancho esa camiseta». No. Hay que ser más... cariñoso (no sé si esta la palabra). Coge todo el vocabulario de serie C que tengas por ahí y lánzate. «Vale, guapi, no te preocupes, si vendo algo te lo compro». Y no te asustes si te contestan. «Guapi, me lo reservas hasta el viernes, relaxed, relaxed». 

Es llegar el viernes (porque a las diez de la mañana los gastos de envío se reducen de 3,50 a 1,95 euros) y empieza el universo Chicfy. Muchas veces sabes que solo están en juego unos euros, pero que decenas de personas estén siguiendo tu armario y marquen tus prendas como favoritas hace que no te puedas separar del móvil. Los comentarios aparecen a cada segundo. Sí, incluso a las siete de la mañana. No hay una hora mejor que otra, y si estás muy interesada en algo lo mejor es llegar cuanto antes. Lo de esperar ya tocará. Porque tus ingresos los recibes el día 10 del mes siguiente a través de un ingreso (no es difícil hacer 100 euros en un solo fin de semana). Si a estas alturas has dejado de leer para echar un vistazo a todo eso que no te pones y que está en buenas condiciones para vender, toma nota porque moverte dentro del mercadillo de ropa más grande de España es muy fácil. 

LA SEMANA EN CHICFY

Es lunes y después de hacer el cambio de armario el fin de semana, una montaña de ropa guarda el equilibrio encima de una silla. Toca ponerse manos a la obra. Lavado, secado, planchado y... puestas las prendas en perchas, sesión de fotos. Clic! clic! Por delante... Clic! Clic! Por detrás. Una más... Clic! Foto de detalle para que sea vea la etiqueta. En menos de cinco minutos, y a través del propio móvil, están subidas al armario virtual de Chicfy una chaqueta jaquard, un clutch étnico y unos jeans en fucsia. Escribe el precio por el que lo quieres vender y listo. Hay de todo, desde camisetas a 3 euros a bolsos de marca a mitad de precio.

A los pocos minutos, una ya sabe qué prenda tiene éxito y cuál no. El móvil empieza a sonar. No es un wasap. Son las notificaciones de Chicfy que te comunican a qué usuarios les gusta tu prenda. Por la tarde, la ventaja de la chaqueta jaquard sobre el resto de ropa es abrumante, 11 Me Gusta frente a 0. Llega el primer comentario. Una usuaria se anima a escribir sobre la chaqueta. «Es preciosa... estoy buscando la S». ¡Ouch! Es una L. El miércoles continúan los Me Gusta pero nadie se anima a comprar la chaqueta. Es normal. El viernes bajarán los gastos de envío a la mitad, por lo que las compras por la semana son más bien escasas. El jueves, otra usuaria se anima a escribir: «¿Me dices las medidas? ¿De manga y de hombro?». Nos ponemos a medir con el metro. La cosa pinta bien.

Llega el fin de semana. Bajan los gastos pero... ahí sigue la chaqueta, colgada del armario. Hasta que el domingo, al mirar el correo a primera hora, aparece un mensaje de Chicfy. «Tienes un pedido pendiente». Alguna shoppingadicta noctámbula ha decidido comprar la prenda a las dos de la mañana. 

Un envoltorio bonito, un empaquetado resistente y paseo a  Correos. En tres pasos, la chaqueta va camino de un pueblo de Granada. La chifycompradora encantada con su chaqueta nueva y la chicfyvendedora entusiasmada con sacarse unos eurillos y poder comprarse otra chaqueta para este verano. ¿El dinero? Llegará el día 10.