¿Cómo ser un «twitter star»?

Marina Chiavegatto

YES

MARCOS MÍGUEZ

Nueve años después, Twitter se ha hecho imprescindible. Da igual si tienes 20 o 200.000 seguidores. No puedes quedarte fuera. Cinco tuiteros revelan su experiencia para YES

25 abr 2015 . Actualizado a las 18:49 h.

Para hacer reír, opinar o ayudar a pasar ratos muertos. Para saber más sobre política, economía, cocina o deporte. Para frikis, funcionarios o cantantes de ópera. Da igual. Twitter es de todos y sirve para todo. «La clave está en trabajar bien tu timeline [la ventana donde puedes leer a quien sigues]», nos explica Óscar, el Barón Rojo. Y hay que escucharlo con atención, porque él es un pionero y toda una eminencia en esta red social. Más de 200.000 personas leen a diario lo que escribe este vecino de A Coruña. «A veces la gente me dice que Twitter le aburre -describe El Barón Rojo- y yo siempre contesto que es que no sigue a las personas correctas». Porque esta herramienta es lo que uno haga de ella. «Yo la uso por y para la curiosidad», contesta el líder de Siniestro Total, Julián Hernández, quien tiene 15.000 seguidores y acaba de cumplir tres años en esta red. Cuando me di de alta me dijeron 'ten cuidado que es adictivo' y yo contesté que no, que nunca me engancharía a este tipo de herramientas -cuenta el artista- pero creo que a los 5 días ya estaba pasando las noches en vela haciendo el indio por Twitter».

GONZALO BARRAL

YA VAN NUEVE AÑOS 

Esta red social acaba de cumplir 9 años y El Barón Rojo, Óscar, se dio de alta hace 8. Vivió de cerca el nacimiento de Twitter en España y también su boom: «Para mí el mejor momento fue el 15-M, había una palpitación especial, cada comentario que hacías tenía una repercusión impresionante». Y así fue ganando lectores: «Recuerdo, por ejemplo, un comentario que hice y que lo compartió Álex de la Iglesia, solo con ese retuit gané unos 1.000 seguidores». Ahora tiene casi 200.000. 

Pero para llegar a la fama hace falta como mínimo un ingrediente importante: dedicarle muchas horas. «Yo llegué a tener problemas por dedicar tanto tiempo a Twitter», confiesa El Barón Rojo quien en sus momentos más activos llegó a pasar más de 5 horas diarias conectado a esta red. «Tuve algunas broncas en casa por culpa de Twitter -reconoce-, mi familia me decía: ¡Estás más pendiente de desconocidos que de nosotros1, hasta que llegó un momento en el que tuve que aprender a desconectar». Por lo mismo pasó Carlos, El Humanoide, otro gallego que también es una referencia de humor en la red. Lo leen a diario más de 150.000 tuiteros. Carlos confiesa que durante mucho tiempo fue adicto a Twitter: «Era mi forma de conectar con el mundo».

Aunque no todos consideran esa adicción un problema. Vero Freire, por ejemplo, lo ve más bien como otra forma de socializar: «Estoy todo el día conectada», describe. A través de Twitter se informa, opina, se desahoga y hasta le ha servido para hacer más de un amigo.

Ya a Noelia (@subiendoelpan) esta red social le ha regalado una nueva forma de ver la tele: «Hay muchos programas que no vería si no fuera por Twitter», confiesa. Y es que la televisión es uno de los combustibles de este foro. Los más expertos recomiendan no perderse los grandes «acontecimientos televisivos» como eventos deportivos, reality shows o por ejemplo, la gala de los Goya o Eurovisión: «Es cuando más gente lo usa. Cualquier cosa que digas en ese momento puede hacerse viral», explica el Humanoide.

La relación de Twitter con Galicia se puede analizar desde distintos puntos de vista: podemos decir, y con razón, que Galicia es una cuna de tuiteros estrella, aunque a la vez habría que añadir que la fiebre de esta red social llegó más tarde a Galicia que a otras comunidades (como Madrid o Cataluña). Y a estas dos ideas, Carlos, El Humanoide, añade una tercera: «Galicia es el sitio perfecto para tuitear». Lo cuenta desde su experiencia personal. Empezó a utilizar Twitter a diario cuando, por motivos laborales, se fue a vivir a Lalín: «Era invierno y llovía casi todos los días, no había muchas alternativas de ocio, así que acabé refugiándome en Twitter». Y fue en ese duro invierno lalinense que Carlos empezó a ganar una vida paralela en la red como El Humanoide. «Lo uso como una forma de entretenimiento, aunque acabó resultando ser para mí una salida laboral». 

Benito Ordoñez

Su bum como tuitero coincidió con una época en la que estaba parado y no tardó mucho en llegar la propuesta: «Ahora trabajo en el departamento de Social Media de una agencia de publicidad y llevo la cuenta de Twitter de una multinacional». 

También para Miguel, El Hematocrítico, su cuenta de Twitter le sirve como «tarjeta de visita»: «Me abrió muchas puertas y muchos contactos profesionales», explica este profesor en la vida real y humorista en su vida virtual. En su caso la fama llegó con una palabra: «tróspido». «Era un adjetivo que yo solía usar y de repente se me fue de las manos. Se volvió viral». Es el sueño de muchos tuiteros, conseguir un Trending Topic, o lo que es lo mismo, que millones de personas acaben hablando sobre un tema que tu propusiste. «Recuerdo la primera vez que vi escrito 'tróspido' en La Voz de Galicia? Fue surrealista. Una mezcla de alegría y de '¿pero qué he hecho?». 

Pero no solo de fama vive Twitter. A Noelia (@subiendoelpan), por ejemplo, le interesan sobre todo las cosas cotidianas. Como aquella bolsa de basura que cierras para bajarla más tarde pero que luego pasas días metiendo más cosas por la esquinita. «De repente descubres que no es solo a ti que te pasa eso», cuenta Noelia.

PACO RODRÍGUEZ

¿MUERTE O ESTABILIDAD?

Hablar de futuro en Internet es siempre una tarea casi imposible, pero en algo coinciden todos nuestros entrevistados: Twitter no será para siempre. «Seguramente aparezca otra herramienta que lo sustituya», concluye Julián Hernández, «de hecho no me ha parecido una buena decisión de la RAE incorporar la palabra al diccionario, porque igual dentro de dos años, ya nadie lo usa y aquello es más bien un cementerio». Ya El Barón Rojo habla de reorientación. Él vivió el boom y ahora sostiene que estamos en una fase de estancamiento. «La masificación hará que de cara al futuro cambiemos la forma de utilizar Twitter», reflexiona Óscar.  Mientras tanto seguirá sirviendo para que los tuiteros hagan allí lo que mejor saben hacer: opinar.