Esta foto ha sido censurada

Fernanda Tabarés DIRECTORA DE V TELEVISIÓN

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INTERNET

25 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

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La polémica es de hace unas semanas pero lo que evidencia sigue vigente. Quizás conozcan la historia. La fotógrafa y poeta paquistaní Rupi Kaur tomó una serie de instantáneas a las que tituló Period para denunciar que en el año 2015 la menstruación sigue siendo un asunto tabú. Las imágenes son descriptivas, de una distancia casi científica, sin sugerencias ni connotaciones, sin dobles lenguajes a pesar de lo cual Instagram las juzgó como Kaur esperaba y las censuró al considerar que violentaban las decorosas normas de esta red social cuya política de eliminación de contenidos es cuestionada casi a diario. La composición que provocó el deleted presenta a una muchacha recostada en una cama. Podía ser cualquiera de nosotras, cualquiera de nuestras hijas, en O Cebreiro o en San Francisco. Puede pasar por una fotografía de la cotidianidad, uno de esos momentos congelados del presente menos épico, más ordinario. Tan solo destaca un pequeño fragmento del retrato, una mancha oscura entre las piernas de la muchacha que se presenta en un granate cerrado sobre la sábana. Nada más. Esa es la mancha que censura Instagram, la gamberrada que dispara el borrado, el atrevimiento que indigna al administrador.

Hay que contar la historia entera porque en cuanto Rupi Kaur constató que la compañía había reaccionado como ella intuía que lo iba a hacer, la censura se convirtió en una denuncia que viajó libre por Internet, que indignó a miles de mujeres y que finalmente obligó a Instagram a rectificar, disculparse y reconocer su error. Fuese sincera u oportunista la rectificación, lo cierto es que la peripecia ha servido para señalar que en esta época en la que el cuerpo ha salido del armario, en la que hay anuncios de colonia infantil que hace cuarenta años no habrían sobrevivido a la tijera del censor menos intransigente, seguimos sin hablar de la regla, esa que Isabel Coixet decía que olía a nube y que en los anuncios de compresas es de un inquietante color azul.

La cantidad de eufemismos que existen para referirse a la menstruación sin nombrarla daría para un tratado de lingüística. Hagan la prueba en Internet, pero ahí van algunos ejemplos: período, asunto, lo suyo, andrés el que te visita cada mes, la nena, estoy mala, los días azules de Renfe, mi prima la roja, the curse (la maldición, en Gran Bretaña), the english war debarquement (el desembarco de guerra británico, en Francia), el perejil y hasta la trapallada, según acepción estrictamente familiar. Es cierto que este no es asunto nuevo, que históricamente las mujeres han sido apartadas cuando menstruaban, que muchas culturas las siguen aislando; lo llamativo es que sigamos igual.

Hace unos meses se presentó un documental sobre este asunto titulado La luna en ti, censurado en Estados Unidos porque las autoridades, las mismas que bendicen la violencia en televisión y la venta de armas, hiperventilaron ante la exhibición de esa sangre sucia y contaminada que no es más que una evidencia de un hecho diferencial: la capacidad reproductiva de las mujeres. En una entrevista, la directora de la película, Diana Fabianova, contó que en una ocasión un taxista le explicó que si una mujer con la regla cogía a un bebé en brazos podía contagiarle una enfermedad letal llamada pujo.

Todo un mundo infectado de supercherías inexplicables a las que Rupi Kaur plantó cara con la siguiente sentencia tras su incidente con Instagram: ?No me disculparé por no alimentar el ego y el orgullo de una sociedad misógina que quiere ver mi cuerpo en ropa interior, pero se incomoda por una pequeña mancha?. Pues eso.