El Anís del Mono vuelve al mueble bar

YES

XOÁN A. SOLER

COPAS Y POSTRES El bum repostero ha rescatado a la primera línea de las estanterías de los bares y a las alacenas de las casas a un clásico de las bebidas espirituosas que desde finales del siglo XIX ha demostrado su versatilidad en la cocina y ahora también en los cócteles más sofisticados.E

28 mar 2015 . Actualizado a las 05:30 h.

La pintó Picasso en uno de sus cuadros a principios del XX. También lo hizo el mexicano Diego Rivera o el surrealista Salvador Dalí. En 1914 el cubista Juan Gris presentó su obra «La botella de anís», un collage que hizo eterno el peculiar recipiente del Anís del Mono. Imposible adivinar que cien años más tarde iba a existir una aplicación para teléfonos móviles que con un dedo permite reproducir el sonido de un metal rascando el cristal adiamantado del único envase que históricamente también puede presumir de ser un instrumento musical casero. 

La vinculación de Anís del Mono con el mundo del arte fue un empeño de sus fundadores, los hermanos Bosch, que montaron en Badalona una fábrica artesanal en 1870 que todavía se puede visitar. Lo que no cambió en todo este tiempo es el producto ?un licor destilado de grana de anís? aunque con la irrupción de los combinados de refrescos en los años 80 su presencia fue perdiendo protagonismo en la hostelería y en los muebles-bar de las casas. La supuesta modernidad que se le imprimió al consumo de bebidas espirituosas en las décadas del cambio de siglo dejó al Anís del Mono (con un tercio del mercado) y a otras marcas como Chinchón, La Asturiana, La Castellana o Marie Brizard como una bebida casposa y de abuelos. 

Hoy Anís del Mono vende más de tres millones de botellas anuales y ha regresado a la primera fila de las estanterías, y el bum repostero tiene mucho que ver. «Claro que tengo anís en mis locales», explica Borja Portals, propietario del restaurante A Curtidoría y de la renovada cafetería Reno, ambos negocios en céntricas calles de Santiago. «No sale como la Estrella Galicia, pero siempre lo tengo entre mis referencias porque entre otras cosas nos hace falta para los postres», explica el hostelero, quien también tiene mano para preparar cócteles sofisticados con presencia del licor dulce.

DE OREJAS A LOS CUPCAKES

La histórica firma, propiedad de Osborne desde los 70, admite que su reconquista del mercado ha empezado por el estómago. Desde hace siete años organizan junto a la Escuela de Pastelería de Barcelona un premio a la mejor especialidad que está conformando un espectacular catálogo de recetas de postres (consultar en anisdelmono.es) que ya es un referente culinario entre los nuevos cocinillas, que se atreven con sus modernas propuestas ?sushi  dulce, cupcakes o macarons? y que también dan otros aires a clásicos como los buñuelos, las rosquillas, y en Galicia, a las orejas y las filloas. Desde la casa matriz que comercializa la botella de diamantes admiten que en los últimos tiempos han percibido «interés» entre los hipsters, «siempre atraídos por todo aquel producto que conecta con la tradición, con esencia propia y que como en el caso de nuestra marca es un icono cultural».

El despegue de la coctelería contemporánea también ha multiplicado la presencia del anís en los combinados más sofisticados. Sencillas y refrescantes limonadas o cócteles con base de chocolate son algunas de las posibilidades que empiezan a ganar presencia en las cartas de los mezcladores más reputados, quienes sin embargo reconocen el valor de un sencillo y equilibrado Sol y sombra (anís y coñac) o los poderes digestivos del licor servido a la manera tradicional, bien frío en una copa helada y con unas gotas de limón.