El jugador del Coruxo, que aún no ha debutado, estará de baja cuatro meses más
12 dic 2014 . Actualizado a las 10:57 h.El jugador del Coruxo Franco Valicenti (Argentina, 1991) sufrió esta semana «otro duro golpe». Llegó al club verde como uno de los fichajes estrella de la temporada, pero la suerte le ha dado la espalda casi desde el primer momento, cuando sufrió una lesión cuyos plazos de recuperación, según le comunicaba el doctor hace unos días, se van a alargar todavía otros cuatro meses más.
«Nunca había tenido un problema físico importante. Fue en el arranque de la pretemporada, sufrí molestias en el partido contra el Compostela y luego, trabajando en Fragoselo, me terminé de poner peor», recuerda el futbolista. Entonces el doctor le diagnosticó un problema en el nervio peroneo que le mantendría apartado durante un máximo de tres meses. «Ya entonces me quería morir, porque yo vine aquí para jugar», recuerda.
En una nueva visita al facultativo -un médico privado cuyo coste asume el club a la espera de resolver los trámites para poder ser beneficiario de la Seguridad Social-, ya pensando en el alta, llegaban de nuevo malas noticias. «El doctor me dice que los temas nerviosos llevan su tiempo», comenta el defensor.
El jugador, que se reconoce «bajoneado» por este revés, no oculta que su primer pensamiento fue dejar el equipo. «Fue lo que me planteé, pensando en que no puede ser que esté tanto tiempo aquí para no jugar», señala. No obstante, el apoyo del club, de sus compañeros y lo bien que se ha sentido en Vigo en estos meses le han hecho cambiar de parecer. «A medida que pasan las horas estoy más convencido de seguir luchando y peleando, y ojalá que Dios y la Virgen quieran que pueda volver a jugar antes de que termine la temporada».
Explica que entendería a la perfección que el club le pidiera que se marchara -«entraría dentro de lo normal», valora-, pero lo que le han transmitido ha sido todo lo contrario. «Me dicen que esté tranquilo, que no me preocupe. No me queda otra que trabajar para recuperarme».
Valicenti lleva cinco semanas realizando todo el trabajo junto a sus compañeros, pues ha ido experimentando «poco a poco» una evolución positiva desde unos primeros días en los que apenas podía caminar. Sin embargo, no está en condiciones de jugar al fútbol. «No siento molestias. El problema es que no tengo 100 % de movilidad en el pie, y que haya reacción es imprescindible para rendir como futbolista».
El triste recuerdo de Salamanca
El argentino vivió otra experiencia desagradable en el mundo del fútbol, aunque de diferente naturaleza, cuando hace dos años formó parte del Salamanca Athletic. «A una semana de empezar, no nos dejaron competir. Fue otro golpe realmente duro para mí», expresa. Tras eso, regresó a Argentina, pero el paso por Salamanca tuvo también algo positivo. «Allí coincidí con Vicente Moscardó -compañero suyo de nuevo en el Coruxo- y eso influyó para mi fichaje cuando un agente de España se puso en contacto conmigo hace seis meses», revela.
A día de hoy, no se arrepiente de haber tomado aquella decisión, pero sigue manteniendo la misma obsesión que le empujaba entonces: «Poder debutar con la camiseta del Coruxo cuanto antes».