El Cangas empata 30-30 con el Ademar en un partido intenso hasta el último segundo
16 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Un empate como mal menor. Ese fue el botín que el Cangas se adjudicó ante el Ademar en un partido en el que los de Pillo no lograron encontrarse cómodos en ningún momento y echaron en falta a David García como director de orquesta a la hora de organizar el ataque. La falta de finalización y los problemas de la defensa para frenar al extremo derecho leonés, el internacional Kristensen, acabaron decretando un reparto de puntos que dejó buen sabor de boca.
Los primeros treinta minutos dejaron ver un partido disputado y en el que las porterías tuvieron protagonismo. Primero fue Mile el que se granjeó la ovación con una serie de paradas que amargaron la tarde al Ademar y que permitieron al Cangas ir tomando ventaja poco a poco. A los nueve minutos, con el marcador 6-4, el técnico visitante, Dani Gordo, llamó a filas a los suyos para intentar frenar lo que apuntaba a sangría, pero los ajustes tardaron en funcionar. El Cangas se marchó 8-4 en el minuto 12, pero a partir de ahí el encuentro tomó un nuevo rumbo.
Cuando parecía que los de Pillo se marcharían en el marcador, se les hizo de noche en ataque. El Ademar aprovechó una exclusión de Rosales para recortar distancias, y casi sin darse cuenta, se encontró con un 9-8 en el marcador. Pillo reclamó un tiempo muerto, pero sus indicaciones no fueron suficientes como para revitalizar la ofensiva morracense, que se veía incapaz de batir a Llamazares. Las paradas del meta, el poste y las dificultades para organizar las acciones ofensivas llevaron al Cangas a vivir una travesía en el desierto ofensiva de siete minutos que permitió al Ademar dar la vuelta al partido.
A falta de seis minutos para que acabase el primer acto los leoneses se adelantaban 11-12 ante un Cangas cada vez más obtuso en la finalización. El 13-14 con el que el partido se marchó al descanso no parecía un mal resultado.
Segundo acto
La vuelta de vestuarios deparó unos diez primeros minutos de pico y pala para el Cangas. El ataque seguía romo y el Ademar conservaba una ventaja de dos goles que amenazaba con incrementar. Sin embargo, la entrada de Simes en el extremo dio una nueva baza a los de Pillo, que junto a Amarelle, desatascó momentáneamente al equipo. Aprovechando la exclusión de Diego Piñeiro, los locales pusieron tablas. Con un par de buenas defensas, un Mile reactivado momentáneamente bajo los palos y la tranquilidad de haber encontrado la movilidad que le había faltado en el primer acto, se marchó de tres en el marcador.
Sin embargo, al igual que ocurriera en la primera mitad, el despegue local fue un espejismo. El Ademar apretó, se hinchó a dar balones a su extremo Kritiansen y el partido entró en un toma y daca con unos y otros con un gol de ventaja. A falta de un minuto para el final del choque el Ademar empató 30-30 de penalti y el Cangas dispuso de un último ataque. Sin embargo, los leoneses frenaron el avance de Suso Soliño y se hicieron con el último balón del partido. Prepararon la jugada, pero el tiempo se agotó sin que disparasen y el crono languideció con el 30-30 final.
Tanteador cada 5 min: 4-3, 6-4, 8-6, 9-9, 11-12, 13-14 (descanso); 15-17, 19-18, 25-23, 25-25, 28-29 y 30-30.
Árbitros y exclusiones: Marín Lorente y García Serradilla (colegio catalán). Excluyeron a Adrián Rosales, Amarelle por parte del Frigoríficos del Morrazo, y a Dimitrievski, Mellado, Mikel Aguirrezabalaga y Diez por parte del Ademar León.
Incidencias: Partido de la décima jornada de liga Asobal disputado en el pabellón municipal de O Gatañal ante unos 1.500 espectadores.
Mijuskovic, Iglesias (1), Amarelle (4), Eijo (1), Gallego, Adrián Rosales (7) y Rubén Soliño -equipo titular- Suso Soliño (2), Muratovic (2), Casares (10,6p), Moisés Simes (3), Cerqueira y Gómez.
Llamazares, Carillo (6,3p), Mikel Aguirrezabalaga (7), Piñeiro (1), Da Silva (2), Vejin (2) y Kristensen (9) -equipo titular- Biosca (ps), García Vega (3), Mellado, Dimitrievski, Almeida, Rodrigo Pérez y Diez.
Los de O Morrazo no estuvieron lúcidos a la hora de organizar su ataque ante un Ademar intenso