Volar por encima de la adversidad

Xosé Ramón Castro
X. R. Castro VIGO / LA VOZ

DEPORTES

Oscar Vazquez

Sergio Tellería es el segundo gallego que salta los cinco metros en pértiga pese a entrenar en Balaídos y tras superar sus miedos por continuos percances

25 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Sergio Tellería se convirtió a sus 21 años en el segundo atleta gallego que supera la mítica barrera de los cinco metros en el salto con pértiga. Lo consiguió sufriendo las penalidades de entrenar en Balaídos y después de llevarse un puñado de sustos que le dejaron secuelas psicológicas. Todo eso forma parte del pasado y este fin de semana se presenta en Alcobendas para disfrutar de su primer campeonato de España absoluto de atletismo.

Los cinco metros, que en Galicia a lo largo de la historia solo ha superado Luis Moro, valdeorrés afincado en Madrid, delimitan la frontera en el mundo de la pértiga. «Es la barrera mítica. Desde que empiezas te dicen que hasta que pasen los cinco metros no eres pertiguista», comenta. La superó en el Cidade de Vigo. «Es una marca a la que aspiraba desde que empecé, y además me permite superar el registro que tenía mi primer entrenador».

Con Juanpa inició su singladura con 15 años. Fue su primera relación con el mundo del atletismo. «Ese año salté 3,75 y poco a poco fui subiendo». Todo marchaba como un reloj hasta que llegaron los problemas psicológicos después de un par de sustos. «Al principio como eres un poco inconscientes no tienes miedo -comenta-, pero después de un par de sustos tuve años un poco difíciles. Rompí tres pértigas, caí fuera de la colchoneta y sufrí algún esguince». No acudió a terapia. Él mismo encontró la receta: «No fui a ningún sitio, fue todo de insistencia por mi parte. Cada vez que tienes problemas debes comenzar de cero para volver al nivel en el que estabas antes. Es bastante complicado y un trabajo muy lento, la verdad».

Esa progresión cocinada a fuego lento, con cambio de entrenador incluido (de David Gómez a Antonio Fernández ­-«cambié porque necesitaba un nuevo estímulo y aprender cosas nuevas, no hubo otro motivo, David entrenó muy bien y me sigue ayudando bastante»-), le llevó a explotar dos meses atrás, en el nacional universitario. «Ahí me di cuenta de que estaba estable en una marca, de no tener altibajos». Poco después superó la mítica altura por primera vez. Ni lo había hecho en entrenamientos, solo en el calentamiento de la cita de federaciones, pero era consciente de que estaba en camino: «Sabía que estaba cerca y que todo era cuestión de coger un buen salto».

Un salto que llegó a punto de finalizar la temporada pero en el mejor momento, en la antesala del nacional, para el que recibió una invitación. «Voy a disfrutar, es un regalo después de esta temporada, pero si puedo aspiro a quedar finalista». Ya ha enviado por correo las pértigas y espera que lleguen a tiempo. No es la primera vez que ha tenido que saltar con unas prestadas.