Un reencuentro entre apuros

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

DEPORTES

El jugador del Octavio Fran González, que jugó tres temporadas en el Barakaldo, se enfrenta hoy a su exequipo, dirigido por uno de sus grandes amigos

03 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El mundo del balonmano ha permitido a Fran González forjarse una carrera y también labrarse un buen puñado de amigos. Con uno de ellos, Joseba Rodríguez, se reencontrará esta tarde sobre As Travesas (20h), aunque luciendo escudos diferentes. El primero, vistiendo la camiseta del Octavio en la primera de las dos finales que le quedan, y el segundo dirigiendo a un Barakaldo que visitará Vigo apurando sus escasas opciones de hacerse con una de las cotizadas plazas de play off.

La amistad entre Fran y Joseba se remonta a 2007. Fue cuando se conocieron en Barakaldo, en el que ambos jugaban. «Los dos vivíamos en Castro Urdiales y viajábamos juntos a entrenar. Nos hicimos muy amigos y hablamos a menudo», comenta el académico. De hecho, ayer volvieron a charlar. «Le llamé para desearle buen viaje y para decirle que o los visitaba este noche -por ayer- o mañana -por hoy- por la mañana». Será entonces cuando tengan la oportunidad de desearse toda la suerte del mundo, «pero para después del partido. Sobre la pista no hay amigos», recuerda entre risas un Fran González que sabe de primer mano que el Barakaldo irá a por todas. «Ya me dejó caer Joseba que ellos van a pelear por la mínima oportunidad que tienen de meterse en play off», el objetivo que al inicio de la temporada les parecía muy remoto.

Aunque la relación con el técnico vasco es la más estrecha, no es el único amigo que Fran González dejó en Barakaldo. Varios jugadores, como Ortuondo u Oier García, compartieron banquillo con un Fran González cuya única espina que guarda de su etapa vasca «es que no conseguimos el ascenso. Nos quedamos muy cerquita, pero no pudo ser». Al año siguiente de su marcha, sin embargo, sus amigos del Barakaldo eran testigos sobre el parqué del ascenso de González a Asobal con la camiseta del Octavio. «Fue una coincidencia. Logramos el ascenso en As Travesas justo en el partido frente al Barakaldo, que nos había hecho sufrir mucho. Recuerdo que cuando acabó los compañeros vinieron a felicitarme, todos se alegraban por mí».

Hoy la historia tendrá unos tintes distintos. El Octavio necesita una victoria para apurar sus posibilidades de meterse en el play off, aunque la dificultad que augura para el partido será la misma. «El Barakaldo siempre juega muy fuerte, lucha, tiene velocidad, presión y contraataque. Ellos me conocen muy bien, pero yo también a ellos». Por lo que no habrá lugar para muchas sorpresas. Solo para una pelea balonmanística entre dos equipos ambiciosos y entre viejos conocidos que, durante sesenta minutos, dejarán de serlo.