Un juzgado no puede controlar a mil condenados por falta de tiempo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Los funcionarios están tan sobrecargados y estresados que temen cometer errores al supervisar las penas de maltratadores, traficantes o conductores ebrios

22 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La letrada judicial de la sala de lo Penal número 3 de Vigo ha enviado una carta esta semana para alertar a la Xunta de que este tribunal, el más sobrecargado de su especialidad, es marginado porque no será reforzado con la nueva ronda de horas extras que otras salas menos atestadas sí disfrutarán en junio para reducir el trabajo atrasado por la huelga en la Justicia del 2018.

Los funcionarios del penal 3 están estresados y temen que la falta de tiempo genere «errores» o ponga en riesgo el seguimiento de mil condenados y la ejecución de sus sentencias. Hay cientos de juicios a la espera y otros con los trámites empantanados y la situación seguirá mal porque la Xunta excluyó a dicha sala de sus planes de trabajo pagado por las tardes. Por contra, sí concede horas extra las otras dos salas penales de Vigo (una está al día porque celebró juicios durante toda la huelga), y las cuatro de Pontevedra.

Nadie ve explicación a que la Xunta no alivie al penal más atascado de Vigo. Un letrado judicial admitía ayer su sorpresa: «No sé cual es el motivo de apartar al penal 3. Lo raro es que es el que tiene más pendencia de los tres de Vigo, no tiene lógica». El sindicalista Pablo Valeiras ve sospechoso que la Xunta discrimine al número 3, el único cuyo personal secundó totalmente los tres meses de paro. Suma mil ejecuciones de sentencia pero 230 aún no se han puesto en marcha y acumula 923 procedimientos en trámite, según datos del Poder Judicial. A pesar del colapso, la Xunta no le asigna ni una hora extra más para ponerlo al día. ¿Una vendetta contra los huelguistas? «Cando menos, é mosqueante», dice Valeiras.

De fondo, está en juego es la seguridad. El atasco ralentiza la tramitación de multas, órdenes de ingreso en prisión o retiradas del carné de conducir o la celebración de juicios. Respecto al control de presos, los funcionarios vigilan cada expediente.

El penal número 3 lleva un año sobrecargado y con mil ejecuciones de condena empantanadas. El trabajo consiste en supervisar que el preso termine su condena de prisión y vuelva de los permisos, examinar los plazos para devolver el carné al conductor temerario, cerciorarse de que el maltratador se aleja de su víctima y que los sentenciados a hacer trabajos en beneficio a la comunidad vayan al tajo. Y comprueban que los acusados abonen los plazos de sus multas o indemnizaciones y los exmaridos paguen los atrasos de la pensión.

Los funcionarios, al verse apurados por la falta de tiempo, priorizan la gestión urgente de órdenes de prisión para maltratadores, traficantes de marihuana, conductores ebrios o temerarios y atracadores pero otros expedientes se amontonan en las mesas. «Se ese traballo non se pon ao día e non se lles dan máis horas, os funcionarios poden estar sobrecargados, entrar nunha situación de estrés e caer en posibles erros. Eles non poden estar ao 100 % as 24 horas do día», dice el representante de Alternativas na Xustiza-CUT, Pablo Valeiras.

Por su parte, el portavoz de SPJ-USO, Julio Bouzas, admite que «solo repetían la ronda de horas extras los juzgados penales y sociales gallegos pero, inexplicablemente, discriminaron al de Vigo y también algunos de Ourense alegando unas valoraciones estadísticas».