Un vigilante rota por las cuatro oficinas de Benestar Social para controlar a los usuarios violentos

m. otero VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

30 jul 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Los problemas que afectan a los empleados del servicio de Benestar Social del Concello de Vigo no se limitan solo al elevado volumen de expedientes en lista de espera. La seguridad de los trabajadores sociales de las cuatro oficinas de atención al público que están repartidas por la ciudad se ve también amenazada por el carácter violento de algunos de los usuarios de este servicio que no dudan en arremeter contra los agentes de forma verbal y física cuando no les brindan la solución que ellos esperan. Por ello, y según fuentes del departamento de Benestar Social, solicitaron a la jefatura de la Policía Local la presencia de agentes en las oficinas de atención primaria para disuadir a los agresivos de atacar a los trabajadores.

Sin embargo, la petición fue rechazada alegando que el tamaño de la plantilla hacía inviable destinar de forma permanente a un agente a la vigilancia de estos centros municipales, explican desde Servicios Sociales. Por el contrario, sí que es habitual la presencia de miembros de la Policía Local e incluso del Grupo Operativo de Apoyo (GOA), la división especial y de élite del cuerpo municipal, custodiando espacios como la rotonda de Rosalía de Castro.

Dada la recurrencia de episodios violentos a los que tienen que hacer frente los asistentes sociales, el departamento de Benestar Social recurrió a la contratación de un vigilante de seguridad para tratar de controlar estas situaciones. Pero la solución no está dando los frutos esperados porque el guardia jurado solo presta servicio en una oficina al mismo tiempo. Cada día de la semana acude a uno de los cuatro puntos de atención. Por ejemplo, los lunes en Teis, los martes en la plaza de la Princesa y así hasta el jueves. Los viernes, para redondear la semana, acude durante una hora a los cuatro centros. «Los usuarios problemáticos ya lo tienen controlado y los días en los que está el guardia de seguridad en la oficina que le corresponde, no vienen», explican fuentes del servicio.

Es por ello por lo que demandan una mayor presión policial en el entorno de las oficinas en los horarios de atención al público o, por el contrario, la presencia de un guardia de seguridad, en cada una de las oficinas de lunes a viernes.

«Algunos de los usuarios tienen problemas mentales o de adicciones y ya han habido casos de agresiones a las trabajadoras», exponen con preocupación uno de los numerosos problemas que afectan a este departamento.

La ausencia de personal suficiente para atender las demandas de la población es la otra batalla que esperan ganar algún día. Denuncian desde el servicio que Vigo se mueve en un ratio de un asistente social para 17.000 habitantes, mientras que en otros municipios disponen de un trabajador por cada 8.000 personas. Asimismo, la mayor parte de los trabajadores de este servicio, que acumula una lista de espera de seis meses para tramitar ayudas económicas, realizan horas extras para agilizar expedientes sin que sean reconocidas ni remuneradas.

La solicitud a la Policía Local de agentes para vigilar a los agresivos no fue atendida

El guardia jurado acude cada día a una oficina y los viernes, una hora a cada centro