A falta de sol, buenos son el windsurf, los paseos o la pesca

manu otero VIGO / LA VOZ

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El tiempo invernal desbancó ayer al veraniego y dejó el arenal de Samil huérfano de bañistas

20 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cielo nublado y lluvioso, arena húmeda y sin sombrillas, terrazas recogidas y el paseo de Samil desierto. Podría ser la postal de cualquier día de noviembre o marzo. Pero no. Ocurrió ayer, en pleno mes de julio y con la ciudad repleta de turistas, que se tuvieron que buscar la vida para no pasar el día encerrados en el hotel o en la tienda de campaña. Muchos aprovecharon para visitar la ciudad, otros embarcaron hacia las Cíes, cuyo tráfico fue tan numeroso como si el termómetro marcase 30 grados; pero algunos se resistieron a abandonar la playa y buscaron alternativas a los chapuzones.

Recorrer el paseo de las playas, desde Samil hasta O Vao, fue la actividad más común. El calor de jornadas anteriores hacía imposible caminar varios kilómetros y muchos visitantes agradecen la tregua de la ola de calor. «Hacía falta, por lo menos puedes caminar, hay menos gente. Estos días en la arena te asabas», reconoce, Luisa Pumar que acude «casi todos los días» a la playa, «llueva o haga sol», asegura. A otros el día gris los deprime. «Estamos en verano, tiene que hacer calor», exige Jose Manuel Vicente, vecino de Samil. «Está todo vacío, los dueños de las terrazas tienen que comer», razona mientras disfruta de las vistas sobre las islas Cíes.

Con la playa huérfana de bañistas, tampoco los socorristas tenían trabajo. Por ello aprovecharon la jornada para entrenar. Divididos en grupos y enfundados en un traje de neopreno para soportar el bajón del mercurio, los vigilantes ejercitaron diferentes prácticas de rescate. Unos asumían el rol de salvadores y otros, de ahogados. Así salían a toda velocidad de la arena, nadaban hasta las simuladas víctimas y las remolcaban hasta tierra o las subían a una tabla salvavidas.

También en la arena, una pareja de turistas portugueses mataban el tiempo con la pesca. Y no les fue mal, en solo dos jornadas capturaron varios sargos y una lubina. «Chegamos o luns ao camping, é primeira vez que vimos pescar aquí e vai ben», relataba sorprendido Manoel Ribeiro. Entre lances, se les pasó la mañana. «Xa levamos máis de dúas horas, hai que ir comer», reaccionaron con sorpresa al ver el reloj. El almuerzo lo tenían en la mochila, y la receta, en la mente. «Ímolos facer á grella, boísimos», aseguran.

Aunque a muchos les daba reparos zambullirse en un mar calmo pero opaco, los enamorados de los deportes acuáticos estaban encantados. La actividad en la escuela de windsurf de Canido no se detiene por cuatro nubes, «total nos vamos a mojar igual», bromea Javier, el responsable de la escuela de O Vao, en la que, salvo contadas excepciones, «el alquiler de tablas y catamaranes por parte de particulares sí que bajó», lamenta señalando un día como el de ayer «como uno de los mejores para navegar».

Los chiringuitos también notaron un bajón en sus cajas, aunque será temporal. Las predicciones indican que las temperaturas volverán a subir hoy y que el sol volverá a brillar durante el fin de semana por lo que Samil y su entorno regresará al verano.