La esfinge de la muerte grita y muerde

antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

XOÁN CARLOS GIL

La oruga de la polilla que saltó a la fama en «El silencio de los corderos» crece en una finca de O Morrazo

29 jun 2017 . Actualizado a las 00:58 h.

Hay cosas que no se ven todos los días, como comprobó nuestro fotógrafo Xoán Carlos Gil mientras paseaba por su hábitat de O Morrazo y se encontró una oruga de más de diez centímetros (y era pequeñita, llegan a doce centímetros, tan largas como un teléfono móvil). El gusanito es la oruga de Acherontia atropos, inconfundible por su dibujo en la espalda que es muy similar a un cráneo humano y por ser una de las mariposas nocturnas más grandes de nuestra fauna, con casi diez centímetros de envergadura, y de las más famosas, pues se trata de la Esfinge de Calavera que ilustraba el cartel de la película El silencio de los corderos y aparece citada también en el Drácula de Bram Stoker, vaya, que siendo nocturna y con semejantes referencias es la alegría de la huerta.

Para que Xoán Carlos se la encontrara hace unos días en el entorno de Vigo sucedieron algunas cosas previamente que son dignas de contar. El origen de nuestras amigas está en el centro y norte de África. Desde allí partieron volando hace un mes en su migración anual que, si las condiciones son propicias, llevarán a alguna de sus primas incluso hasta Finlandia. Reconozcan que tiene mucho mérito para una polilla (grande, pero mariposa al fin y al cabo) pegarse un viaje de seis mil kilómetros.

De esta forma algunas de nuestras amigas se quedan en los lugares intermedios, O Morrazo es uno de ellos, con buen criterio, y allí ponen un único huevo del que saldrá la oruguita que crecerá de forma vertiginosa al tiempo que cambiará de colores para mimetizarse con su entorno, pasando de tonos pardos al verde con motas y líneas azules oceladas que culminará otra vez con un color marrón antes de pasar a la fase de metamorfosis final. Teniendo en cuenta sus hábitos crepusculares como mariposa tenemos más posibilidades de verlas en su fase de oruga, enorme.

Si a pesar de su tamaño decidiéramos echarle la mano, cosa que no recomendamos, nos llevaríamos un par de sorpresas. Sus mandíbulas son muy fuertes, por lo que la primera sería un buen mordisco, no digan que no avisamos, y la segunda sería que el gusanito empieza a emitir chasquidos, al igual que en su fase de mariposa emite un irritante zumbido, casi un grito, cuando se la molesta. Se trata de la única oruga capaz de producir un sonido audible para los humanos, curiosa característica tiene una explicación práctica: el sonido parece ser similar al que emite la abeja reina, de esta forma nuestra oruga tranquiliza a las abejas y minimiza el riesgo de ser atacada si decide colarse en una colmena, porque esa es otra característica de nuestra amiga, su gusto por la miel complementa su alimentación que consiste fundamentalmente en plantas solanáceas, que vienen siendo en general venenosas por los alcaloides que producen y que les sonarán conocidas por su toxicidad como la belladona, el estramonio… y la patata, porque permitan el inciso para recordarles que la planta de la patata (no sus tubérculos, evidentemente) es muy venenosa.

Y así, ramoneando tranquilamente, pasará el tiempo nuestra oruguita hasta que en un par de semanas, una vez alcanzado su desarrollo total, excavará un agujero de unos 30 centímetros de profundidad del cual, otro par de semanas después, surgirá la linda polilla que iniciará el vuelo de regreso al sur en donde buscará pareja y se repetirá el proceso en sus cuarteles de invierno desde donde la siguiente generación regresará a finales de la próxima primavera a poner su huevo del que surgirá la oruga que volverá a dejar maravillado a Xoán Carlos y a todos ustedes si tienen la suerte de poder contemplar un bichito tan hermoso como fascinante.

Lamentablemente la cosa no pinta bien para nuestras amigas. Por una parte el uso generalizado de pesticidas está diezmando dramáticamente sus poblaciones y por otra parte pagan el precio de su belleza siendo muy codiciadas por los coleccionistas que encuentran una incomprensible satisfacción en atravesarlas con un alfiler para tener su cadáver de adorno. No deja de ser una paradoja que la también llamada esfinge de la muerte esté en peligro de extinción.

Para que Xoán Carlos se la encontrara hace unos días en el entorno de Vigo sucedieron algunas cosas previamente que son dignas de contar. El origen de nuestras amigas está en el centro y norte de África. Desde allí partieron volando hace un mes en su migración anual que, si las condiciones son propicias, llevarán a alguna de sus primas incluso hasta Finlandia. Reconozcan que tiene mucho mérito para una polilla (grande, pero mariposa al fin y al cabo) pegarse un viaje de seis mil kilómetros.

De esta forma algunas de nuestras amigas se quedan en los lugares intermedios, O Morrazo es uno de ellos, con buen criterio, y allí ponen un único huevo del que saldrá la oruguita que crecerá de forma vertiginosa al tiempo que cambiará de colores para mimetizarse con su entorno, pasando de tonos pardos al verde con motas y líneas azules oceladas que culminará otra vez con un color marrón antes de pasar a la fase de metamorfosis final. Teniendo en cuenta sus hábitos crepusculares como mariposa tenemos más posibilidades de verlas en su fase de oruga, enorme.

Si a pesar de su tamaño decidiéramos echarle la mano, cosa que no recomendamos, nos llevaríamos un par de sorpresas. Sus mandíbulas son muy fuertes, por lo que la primera sería un buen mordisco, no digan que no avisamos, y la segunda sería que el gusanito empieza a emitir chasquidos, al igual que en su fase de mariposa emite un irritante zumbido, casi un grito, cuando se la molesta. Se trata de la única oruga capaz de producir un sonido audible para los humanos y, como suele suceder, esta curiosa característica tiene una explicación práctica: el sonido parece ser similar al que emite la abeja reina, de esta forma nuestra oruga tranquiliza a las abejas y minimiza el riesgo de ser atacada si decide colarse en una colmena, porque esa es otra característica de nuestra amiga, su gusto por la miel complementa su alimentación que consiste fundamentalmente en plantas solanáceas, que vienen siendo en general venenosas por los alcaloides que producen y que les sonarán conocidas por su toxicidad como la belladona, el estramonio… y la patata, porque permitan el inciso para recordarles que la planta de la patata (no sus tubérculos, evidentemente) es muy venenosa.

Y así, ramoneando tranquilamente, pasará el tiempo nuestra oruguita hasta que en un par de semanas, una vez alcanzado su desarrollo total, excavará un agujero de unos 30 centímetros de profundidad del cual, otro par de semanas después, surgirá la linda polilla que iniciará el vuelo de regreso al sur en donde buscará pareja y se repetirá el proceso en sus cuarteles de invierno desde donde la siguiente generación regresará a finales de la próxima primavera a poner su huevo del que surgirá la oruga que volverá a dejar maravillado a Xoan Carlos y a todos ustedes si tienen la suerte de poder contemplar un bichito tan hermoso como fascinante.

Lamentablemente la cosa no pinta bien para nuestras amigas. Por una parte el uso generalizado de pesticidas está diezmando dramáticamente sus poblaciones y por otra parte pagan el precio de su belleza siendo muy codiciadas por los coleccionistas que encuentran una incomprensible satisfacción en atravesarlas con un alfiler para tener su cadáver de adorno.

No deja de ser una paradoja que la también llamada «esfinge de la muerte» esté en peligro de extinción.