Hay una filosofía tras las canastas

m. v. f. VIGO / LA VOZ

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xoan carlos gil

El Celta de baloncesto femenino se proclama campeón en cinco categorías por segundo año seguido

01 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta de baloncesto femenino ha logrado por segundo año consecutivo proclamarse campeón autonómico en cinco categorías de minibásquet. Esos triunfos nunca son el objetivo en sí mismo cuando comienza la temporada, dice el director deportivo del club, Carlos Colinas, pero sí lo valoran como el fruto del trabajo bien hecho. Un signo de que están «en el camino correcto» y una manera de reafirmarse en el proyecto.

Desde el club consideran los triunfos como un premio a su manera de entender este deporte. Pero los relativizan e incluso insisten en restarles importancia. «No queremos que una niña prefiera venir a este club porque ganar es más fácil o porque hay más nivel, sino porque la metodología y el proceso de enseñanza resulten más atractivos», señala con firmeza. Utiliza incluso la palabra «minimizar» para aludir a los éxitos. «Nos quedamos con que cada vez más niñas practican baloncesto en Vigo con la camiseta del Celta», añade.

Equilibrio entre tres bases

La metodología de trabajo que les ha llevado hasta aquí pone el énfasis en hacer compatibles tres términos: diversión, exigencia y compromiso. Los tres deben estar presentes desde que comienzan a competir a los siete u ocho años -aunque en la academia las niñas comienzan ya a los cuatro-. «La diversión debe surgir de la práctica, tanto a nivel de entrenamientos como de competición; el compromiso nos lo tienen que ofrecer desde el momento en que entran a formar parte de la estructura del club y la exigencia es lo que nosotros les trasladamos. Cuando somos capaces de encontrar el equilibrio entre las tres cosas, todo resulta más fácil», recalca.

Dan prioridad absoluta a los valores, a formar personas antes que deportistas. «Nunca perdemos de vista este aspecto. Junto a la formación deportiva está el proceso formativo personal, humano. Y ahí se dan muchos condicionantes», expone Colinas. La mejora deportiva debe ir unida al crecimiento personal. «El objetivo no es ni mucho menos ganar y ya está. Es fundamental convivir, respetar aprender a superar malos momentos...». Todo ello requiere dedicación por parte de un staff amplio que incluye entrenadores, preparadores físicos o gabinete psicológico, entre otros. «Queremos ser atractivos a muchos niveles y contemplando todos las fases que la niña y adolescente va experimentando a medida que se desarrolla», desgrana.

La evolución de los procesos es imparable hasta el punto de que la metodología empleada ahora apenas se parece a la de hace doce años, cuando Colinas se incorporó al club. «Te vas adaptando incluso a las condiciones del deportista, a lo que te puede dar y lo que no, a las competiciones que disputa, a cómo quieres que llegue a la etapa sénior...», analiza. Teniendo en cuenta todo esto, no les vale tampoco cualquier entrenador. «Queremos educadores. No sirve el mejor a nivel deportivo si no es capaz de inculcar valores», añade.

Resultados en cinco años

En los últimos cinco años han potenciado el minibásqueet, en el que cuentan ahora con un centenar de pequeñas. «Consideramos que había que darle más relevancia y los resultados en júnior y cadete los tenemos desde hace años, estos empiezan a llegar ahora», celebra. En el extremo opuesto, la limitación de instalaciones que les permite ir a más. «Sin ese obstáculo estaríamos más cerca de las 300 niñas que de las 200. Ya no cogemos a más gente en júnior y cadete», dice. Sí en minibásquet: «Nos negamos a decir que no a las que empiezan».