Admite que son necesarias más plazas pero no puede habilitar un nuevo párking
26 may 2017 . Actualizado a las 12:29 h.Un verano más, los conductores que aparquen sus coches en el entorno del pinar de Samil para ir a la playa tendrán que armarse de paciencia para evitar golpes o rayazos inoportunos con los troncos que invaden las plazas de estacionamiento. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, confirmó ayer que no tiene previsto ejecutar ninguna acción para facilitar la tarea a los centenares de visitantes que acuden en época estival a este lugar.
Confirma el regidor que los trabajos de adecuación de la zona de Samil para el verano ya están en marcha, pero el plan no incluye ni la más mínima actuación para el margen de la calzada más cercano a la costa del pinar.
Reasfaltar los puestos de aparcamiento sería una medida que los conductores recibirían con agrado, pues los baches generados por el crecimiento de las raíces parecen en algunos casos auténticas barreras para neumáticos. La supresión de los adoquines que bordean el perímetro de los troncos también sería de gran ayuda para aumentar los centímetros útiles de muchas de las plazas afectadas.
Por el contrario, admite el regidor que «nos gustaría poder aumentar las plazas pero al no estar en el plan incluida ninguna zona de aparcamiento no es posible», indicó consciente de que los puestos disponibles actualmente en el entorno del arenal son insuficientes para dar cabida al enorme número de visitantes que en los meses de verano hacen de Samil su playa habitual.
El fin de las obras en la depuradora permite añadir una nueva área de estacionamiento
El remate de las obras en la depuradora de Samil permitirá la ampliación de la zona de aparcamiento en los alrededores de la playa de Samil. Así lo afirmó Abel Caballero ayer en el Concello. «Como consecuencia de que acabaron las obras de la depuradora ya hay un aparcamiento nuevo. Por tanto vamos a tener más espacio de aparcamiento», declaró el regidor sin especificar la cabida que tendrá este nuevo espacio.
No es la solución soñada por el alcalde, que reconoció que para la playa de Samil es necesario un espacio de aparcamiento amplio que dé cabida a la gran cantidad de vehículos que se acercan en los meses de verano al arenal vigués. Sin embargo y mientras Vigo no saque adelante un nuevo plan de urbanismo, no se podrá habilitar un espacio para aparcar en condiciones.
Abel Caballero: «No vamos a talar árboles»
El espacio para estacionar vehículos en Samil es insuficiente y una parte de él está en malas condiciones. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, asume que hacen falta más plazas en el arenal pero descarta la mejora de las existentes en el pinar de Samil. «Árboles no vamos a talar», sentenció con rotundidad para negar cualquier tipo de intervención en una zona en la que las raíces provocaron elevados baches en el asfalto y los troncos ponen en aprietos a los conductores a la hora de abrir las puertas sin dañar su propio coche o el que está a su lado.
Sin embargo, algunos árboles ya fueron talados en épocas anteriores porque su tamaño inutilizaban algunas plazas. Pero Caballero asegura que no se talarán más. La eliminación de ejemplares sería una de las soluciones al problema, pero hay otras menos radicales y más respetuosas con el medio ambiente que en el gobierno local tampoco se plantean.
Por otro lado, admite el mandatario vigués que la intención del gobierno local es «dar todas las facilidades para estacionamiento que podamos». No obstante, los intentos de años anteriores de habilitar nuevas zonas acabaron naufragando. «Hubo una decisión judicial por la que teníamos que cerrar los aparcamientos que abrimos y seguramente era correcto y ajustado a la ley lo que el juez dijo», asume resignado.
Cuarenta plazas deterioradas
A lo que no quiso referirse Caballero fue a la calidad de las plazas existentes. Alrededor de un cuarto de las más de 150 plazas disponibles para dejar los vehículos en el margen más cercano a la playa del pinar de Samil están seriamente afectadas por el crecimiento de los árboles que limitan los puestos. La estrechez de los mismos complica el acceso de los conductores que deben efectuar más maniobras de la cuenta para encajar las cuatro ruedas en el puesto sin salirse de los límites marcados. Aunque ello conlleve poner en peligro las puertas o los espejos de los turismos que, en el mejor de los casos, quedan estacionados a un par de palmos de distancia de los troncos.
La sombra que proyectan los árboles sobre los vehículos, es lo único que agradecen los conductores en los días en los que el termómetro supera los treinta grados. Sin embargo, ese consuelo no compensará las broncas o enfados del resto de conductores cuando alguno, para esquivar algún árbol, ladee el coche dejando inutilizada la plaza de aparcamiento contigua. Una fuente de conflicto en el lugar al que acude la gente para desestresarse.