La Xunta dice que no es ilegal cobrar de más al turista si se exhibe el precio

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Algunos bares duplicaron las tarifas de la cerveza a los hinchas del Manchester

19 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 1.300 hooligans del Manchester invadieron la ciudad el 4 de mayo. Los seguidores de los diablos rojos se desplegaron por las calles. Para evitar incidentes dentro de los locales, los hosteleros de la zona histórica despacharon en barras exteriores habilitadas para esta ocasión. El clima, más propio del verano, acompañó y la cerveza empezó a correr en la víspera del partido. Algunos hosteleros del centro debieron pensar que iban a forrarse. Así que colgaron de la fachada unos grandes reposteros en inglés aludiendo a su mote Red Devils y allí figuraban los precios y tamaños de las consumiciones en el idioma de Shakespeare. Pero resultó que estos no eran los habituales del Casco Vello.

En locales de la plaza de la Constitución se anunciaba que las cervezas valían 3 euros para un tamaño normal, es decir una caña y de 9 euros para un bock, es decir un recipiente similar a la pinta que habitualmente toman los ingleses en sus pubs. El precio medio de una caña en el Casco Vello suele ser de dos euros, con ligeras oscilaciones.

Con estos precios, la jornada, aunque fue menos dadivosa de lo esperado porque, ante la carestía de ciertos locales, los seguidores se moderaron y buscaron alternativas.

A pesar de que los precios eran sensiblemente superiores a los de un día normal, el Instituto Galego de Consumo considera que no es delito cobrar un sobreprecio al turista por un evento como el partido del Manchester y el Celta en Balaídos si este está debidamente informado de lo que le van a cobrar. Así que si el local luce un tablón de anuncios para la ocasión donde las tarifas son muy superiores no se comete ninguna vulneración de derechos.

Pero ha habido locales del centro que sí se han aprovechado de esta situación y han sido denunciados por los consumidores. En una terraza del centro comercial se produjo una denuncia por un tique excesivo y la Xunta abrió una inspección y comprobó que efectivamente el precio del tique aportado por el cliente no se correspondía con la carta de precios del establecimiento. El reclamante hizo su denuncia una vez que comprobó que en la mesa de al lado había cobrado exactamente la mitad por una consumición similar. Por estas situaciones, la Xunta ha mantenido una reunión con la asociación de hosteleros de la Zona Náutico y con la gerente del centro comercial para zanjar los abusos antes de que se extiendan.