Vigo ayuda a descubrir que el pez payaso cambia de sexo en mes y medio

La Voz

VIGO CIUDAD

ARMANDO BABANI | EFE

Cuando muere la hembra del grupo, el macho empieza a registrar cambios a nivel cerebral a las dos semanas

12 may 2017 . Actualizado a las 08:15 h.

Nemo se quedó huérfano de madre en uno de los mayores éxitos de taquilla del cine infantil. Pero en la vida real, sería complicado puesto que los peces payaso son capaces de cambiar de sexo cuando falta la hembra. Y, según acaban de descubrir científicos de Vigo, completan esta transformación en solo mes y medio. 

Los investigadores del CSIC han realizado un estudio internacional en colaboración con la King Abdullah University of Sciencie and Technology que arrancó en el 2013. En concreto se encargaron de la investigación en el grupo de ecología pesquera del Instituto de Investigaciones Marinas, en Vigo, y la red Sea Research Center de la King Abdullah University, de Arabia Saudí. 

Para llegar a sus conclusiones estudiaron a 32 individuos de 16 familias de pez payaso capturados en el mar Rojo y a través de técnicas de histología pudieron completar una línea de investigación poco explorada hasta el momento sobre el cambio de sexo de las especies hermafroditas, entre las que también se encuentran las maragotas y los besugos. 

«Numerosas especies marinas comerciales son hermafroditas, y la mayoría se encuentran sobreexplotadas, por lo que indagar en sus patrones sexuales es fundamental para diseñar y llevar a la práctica una estrategia óptima de pesca sostenible que tenga en cuenta el patrón de cambio de sexo», explican los investigadores.

En el caso del pez payaso, las familias están formadas por dos o más individuos y su jerarquía se basa en el tamaño. De este modo, solo los más grandes son maduros y monógamos, siendo la hembra la dominante. 

Transformación 

«Hay dos elementos clave que explican el éxito evolutivo del pez payaso. Por una parte, su simbiosis con las anémonas que les proporcionan refugio y, por otra parte, su capacidad para cambiar de sexo rápidamente al fallecer su pareja. El primer aspecto ha sido ampliamente estudiado, pero no así los mecanismos que orquestan el cambio de sexo de macho a hembra», explica Laura Casas.

A las dos semanas de la desaparición de la hembra, el macho empieza a notar cambios neuronales y esa transformación se transmite posteriormente a las gónadas, donde los cambios histológicos y de expresión génica se detectan a las tres semanas. Al mes y medio de la ausencia de la hembra el ejemplar transforma sus testículos en ovarios.