La Ley del Ruido, aprobada en el 2003, define objetivos de calidad acústica para toda España y establece la obligación a ciudades de más de 100.000 habitantes, de realizar planes de acción para combatir el exceso de ruido. Cada ayuntamiento es responsable de medir el de su municipio y Vigo lo hace desde hace 10 años. «Se hace por predicción, no por medición», explica el ingeniero de la empresa Sonen, Cástor Rodríguez. El integrante de la empresa independiente que hace el estudio de Vigo indica que se efectúa un cálculo según el número de coches que pasan por cada calle en un lapso de tiempo y a qué velocidad van. Normalmente se tienen en cuenta carreteras, ferrocarriles y aeropuertos, aunque en Vigo no cuantifican Peinador. «No computa el ruido que generan zonas de ocio ni actividad industrial ni obras», añade. Sí cuentan las humanizaciones, pero para restar. «Se van a tener en cuenta en el nuevo mapa que estamos elaborando y junto a las limitaciones de velocidad, han mejorado el panorama en zonas como el entorno de Povisa, Hispanidad y la calle Coruña sin camiones».
Rodríguez señala que hay medidas a tomar que no dependen de Vigo, como el apantallamiento de la AP-9 entrando en Vigo. Sonen se encarga del estudio y el Plan de Acción que ha tenido revisiones cada cinco años. Este año toca actualizar los datos.