La mediación vecinal ha logrado casa a 20 familias desahuciadas

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El trabajo de los colectivos sociales palía un grave problema que afectó a más de 300 personas el año pasado

29 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La mediación de la Federación de Vecinos y de colectivos de apoyo a los más desfavorecidos como Os Ninguéns ha logrado paralizar el desahucio de veinte familias que han sido realojadas en otros pisos y viviendas. Estas organizaciones han mediado con la Xunta y el Concello para conseguir ayudas de emergencia, rentas de integración y, sobre todo, un techo.

Desde la Federación de Vecinos Eduardo Chao, Teresa García Durán, graduada social y mediadora, que ha participado en muchas de estas gestiones relata que en Vigo el nivel de desahucios es «altísimo». A pesar de que, en términos generales, la situación económica ha mejorado, una cosa es la macroeconomía y otra la realidad cotidiana de familias afectadas por el paro o la enfermedad. La quiebra de una empresa, un trágico accidente o un divorcio pueden abocar a muchas personas a vivir una situación que antaño les podía resultar inimaginable.

El Concello otorga al año unas dos mil ayudas a personas que apenas tienen recursos. «El nivel de desahucios es altísimos, hay uno por día. Muchos de ellos no se conocen porque los que lo sufren lo llevan con discreción», señalan en la federación de vecinos. Las cifras de los juzgados son reveladoras: 540 lanzamientos de los que el 60 % son de hogares y el resto de garajes. Los medios contra esta lacra son escasos. La Xunta ha puesto en marcha un programa de viviendas vacías que permite retas de alquiler asequibles para los inquilinos que de otra forma no podrían pagarse el arrendamiento de una vivienda. «Vigo no se ha sumado a este programa», subraya la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, María Pérez, que considera que sería muy positivo que el Concello firmase este acuerdo con la Xunta como ya tienen otros ayuntamientos del Área Metropolitana de distinto color político.

Pero, a pesar de todo, la intervención social de colectivos, Xunta y Concello ha conseguido que las personas que se encontraban hundidas en el abismo puedan poco a poco ir saliendo a flote. Estos son algunos casos.

Thais Correa y Fernando

«He dado a luz y nos vamos a casar». En febrero Thais Correa, una embarazada de 32 años, se encogía para combatir el frío en una tienda de campaña en la Praza do Rei cuando estaba a punto de dar a luz. Hoy está feliz junto a su pareja, Fernando Montero, y su hijo Yoni Fernando, que tiene dos meses. «El niño nació sanito, con 2,6 kilos a pesar de la ansiedad que tuve y lo que pasamos», cuenta Thais. La Xunta los realojó en un piso de Marín. «Estamos muy bien. La acogida por parte de los vecinos han sido increíble». Fernando ha conseguido un puesto de trabajo como cocinero para este verano y se van a casar.

Juan Fernández Durillo

Consiguió el aplazamiento. Sobre Juan Fernández Durillo y su familia planeaba un lanzamiento que tenía que ejecutarse el 28 de mayo. La intervención de la federación logró un aplazamiento de un mes hasta el 28 de junio y ha logrado fondos para pagar buena parte de la deuda, según su amigo Gerardo.

sara jiménez y tres hijos

El Concello le ha dado una ayuda. Sara Jiménez, que vive en un minipiso de 36 metros cuadrados relata que la recibió la asistenta social del Concello «y me dijo que me iban a ayudar con el alquiler y que haría un informe positivo sobre la familia para que me dieran un piso. Me han dado 200 euros por una lado y 600 por otro». Sara busca empleo en hostelería. «Quiero salir adelante», dice con esperanza y agradecimiento a la labor de la Federación Vecinal.