El autor confeso del crimen de López de Neira entrega su ADN

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El novio acusado de provocar lesiones letales a Divina Mendes por asfixia y patadas se sometió a la prueba genética en A Lama

29 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un informe forense revela que hubo ensañamiento en el crimen de Divina Mendes, una vecina brasileña de 46 años de la calle López de Neira que fue asesinada por su novio según él mismo confesó a la policía en septiembre del 2015. El implicado, Diego P.A., entregó voluntariamente hace una semana una prueba indubitada de su ADN que las autoridades judiciales recogieron en la prisión de A Lama, donde permanece ingresado provisionalmente a la espera de juicio. Su ADN es necesario para verificar que los restos biológicos humanos hallados bajo una uña de la víctima son del agresor o de otra persona. El análisis aclarará esta duda. En el caso de que fuese el ADN de Diego P., su defensa podría alegar que la víctima se pudo defender.

El forense revela que la víctima sufrió dos lesiones que, por sí solas, eran letales. Por un lado, no habría podido sobrevivir a la asfixia, que supuestamente le causó su compañero sentimental. Por otra, tampoco podría haber resistido las patadas que el implicado le propinó en la cabeza y el pecho.

Ensañamiento

Cualquiera de las dos eran mortales de necesidad, por lo que el informe concluye que una de las agresiones fue gratuita ya que la muerte ya estaba garantizada. Continuar con más lesiones solo sirvió para acrecentar el dolor de forma innecesaria y «gratuita» a la moribunda. El ensañamiento (causar un sufrimiento deliberado e innecesario) es uno de los requisitos para que el delito sea considerado como asesinato, lo que eleva la pena hasta los 20 años de cárcel.

El informe no aclara cuál de las dos lesiones fue la primera pero la mecánica del crimen lleva a deducir que la víctima ya estaba moribunda y tirada en el suelo cuando el implicado, situado de pie, la pateó en el pecho.

La investigación la lleva a cabo el juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Vigo desde hace 20 meses. El compañero confesó los hechos unas horas después del crimen. Tras huir con su furgoneta, sufrió un accidente y regresó a Vigo para entregarse en la comisaría y dar la noticia del homicidio. Los policías acudieron al apartamento de la mujer y encontraron el cadáver. Una vecina contó que había oído golpes en la pared, «como si estuviesen jugando a dar patadas a un balón de fútbol». Fue a protestar y timbró a la puerta, alguien miró y, pasados unos minutos, se marchó de la vivienda.