Esta calle no es un circuito de carreras

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Vecinos de la rúa Simancas ponen un cartel para que los coches vayan despacio

17 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La calle Simancas no es un circuito de carreras, aunque muchos conductores parece que la hayan tomado como tal. Lo saben bien los vecinos que residen en esta vía, que con frecuencia tienen que esquivarlos para no ser atropellados cuando pasan a gran velocidad.

Una señal de prohibido circular a más de 20 kilómetros por hora advierte a los automovilistas que tienen que reducir el paso. Pero, para algunos, produce el efecto contrario. Se lanzan por la cuesta, que es muy estrecha, atemorizando a los peatones.

Y a pesar de que sea una calle pequeña, es muy transitada. Comunica la calle Tomás Alonso con la Avenida de Beiramar. «Es un atajo para evitar atascos de la Plaza de América y la usa mucha gente que viene de la playa», comenta Francisco, fotógrafo jubilado que es vecino de la zona. Tiene una dirección única descendente y muy poco espacio para los peatones.

Las aceras apenas tienen medio metro de ancho y en algunos puntos se reducen tanto que casi no cabe la suela de un zapato. Parte de la zona peatonal está pintada sobre el firme y apenas se distingue por el desgaste del paso del tiempo. Por eso es necesario que los coches vayan despacio. Pasan demasiado cerca de los viandantes. Y quienes residen en las viviendas de esta calle son personas mayores, que los ven venir y se echan a temblar. «Vas caminando y te tienes que pegar a un lado para que no te lleven por delante», afirma Francisco.

Antes había unas bandas sonoras en la carretera. Los coches solían reducir la velocidad al llegar a este tramo, pero a algún vecino le molestó el constante traqueteo que se oía al pasar los coches y el Ayuntamiento los retiró.

Se quitó un problema acústico para crear otro de seguridad vial. «Los que vivimos aquí nos hemos quejado muchas veces, yo se lo he dicho en varias ocasiones a la Policía Local», afirma Francisco.

«Hagas lo que hagas es igual, porque esto es como hablar con Rusia», se queja otra vecina de la calle. Como quiera que apenas se cumple la limitación de velocidad, los vecinos han decidido subrayarla de alguna manera con su propia inspiración y empleando un lenguaje más directo.

El cartel

«Este espacio no es cronometrado, despacio, coño», reza un cartel que han apuntalado a un poste con unas letras rojas bien visibles. Antes había uno más suave, pero ante la falta de efecto, el autor decidió radicalizar su mensaje. «El coño a lo mejor sobraba, pero a veces solo te queda dar un puñetazo en la mesa cansado de que no te hagan caso», comenta un ciudadano, que se niega a dar su nombre «porque esto es una aldea».

Lo cierto es que desde que hace unas semanas colocaron el cartel, parece que se ha aminorado el problema. «Mucha gente frena para leerlo y algunos sonríen, algo se consigue», afirma. Seguro que también ha tenido repercusión la gran cantidad de veces que la imagen del cartel ha circulado ya por las redes sociales, provocando cientos de comentarios, en favor de los vecinos. Pero todavía hay quien pasa a más velocidad de la debida, poniendo en peligro la integridad de los peatones. «Esto parece la Gran Vía, pasan que parece una carrera de Fórmula 1», sentencia una vecina.

Los residentes siguen reclamando una mayor vigilancia policial para cazar a los infractores y evitar que sigan actuando con desprecio a las normas de tráfico. «Pasan por aquí que parece un auténtico rali. Si ponen un radar aquí sería el que más pasta sacaría de todo Vigo», asegura Francisco. Este residente afirma que la solución vendrá dada por el proyecto de urbanización integral de la calle, que contempla varias expropiaciones y ensanchar este vial, lo que permitirá la construcción de unas aceras dignas. No saben cuándo se ejecutarán esas obras en esta avenida de la parroquia de Bouzas, pero mientras tanto reclaman que se mejore la situación. Hasta el momento no ha habido que lamentar accidentes, pero creen que podrían suceder.

El problema se ha reducido desde que está la advertencia. Los conductores frenan y lo leen