Centenarios felices en el Universidade

VIGO CIUDAD

Adolfo Uruburo y Carlos López disputaron su partido cien con el Vigo Rugby en el epílogo de la Liga

06 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Adolfo Rodríguez Uruburo (Vigo, 1991) y Carlos López Marqués (Vigo, 1991) ya son centenarios. Al menos, en lo que a partidos con el Universidade Vigo Rugby se refiere. En la última jornada de la Liga, frente al CRAT, alcanzaron la cifra mágica. Cien encuentros que esconden muchas alegrías, algún sinsabor y sobre todo un crecimiento enorme de dos jugadores con sello vigués.

«¡Foi moi especial cumprir os cen partidos, e máis por facelo xunto a Carlos! Somos da mesma xeración, fomos evolucionando ao mesmo tempo e ademais somos amigos», celebra Adolfo al echar cuentas de su hito. «Realmente es una alegría, estamos muy contentos por los cien partidos, por haber sido en el derbi contra el CRAT y por haber logrado la victoria», añade Carlos.

Tras pasar por otros deportes, Adolfo Uruburo llegó al Universidade en el primer curso de juveniles. «Estiven un ano na categoría e logo xa pasei ao primeiro equipo». Esa primera temporada como sénior la recuerda con un cariño especial. Alternaba el primer equipo con el filial, pero los minutos en División de Honor eran contados. Sin embargo, en la última jornada, con el Universidade jugándose la permanencia frente al Quesos, David Monreal apostó por él. «Posiblemente foi un dos momento máis especiais de cantos levo vivido co equipo. David decantouse por min e logrei un ensaio moi bonito que nos permitiu manter a categoría. Para min, que daquelas non xogaba moito, foi incrible», recuerda el jugador.

Cuando echa la vista atrás, a Carlos le cuesta elegir su mejor momento con el Universidade. «Quizás el año más bonito fue el segundo en División de Honor porque jugué como titular todos los partidos gracias a Monreal. En la segunda vuelta fuimos el segundo mejor equipo de la Liga y ganamos al Quesos en casa en uno de esos partidos con barro que te marcan», desvela.

El descenso a Honor B fue, para ambos, el trago más amargo de los que han vivido en el Universidade, aunque Carlos también se acuerda de lo mal que se pasó la temporada siguiente. «El primer año en Honor B fue bastante difícil, nos quedamos pocos y mantenernos costó lo suyo, pero ahora vamos a mejor. La apuesta del club por la cantera empieza a dar sus frutos», analiza.

Entre risas, Adolfo y Carlos aseguran que de aquellos chavales que se estrenaron con el Universidade hace cien partidos, poco queda a nivel deportivo. «¡A evolución foi enorme! En seis anos tocoume xogar con xente de moitísima calidade e vas aprendendo. Primeiro chupas moito banquillo, pero a medida que che van dando confianza os adestradores, experimentas un crecemento tremendo», explica Adolfo. «Es que cuando empiezas eres un pipiolo, te pones a jugar en el campo y te encuentras con tíos más grandes, más fuertes y más veteranos. Es como si te acabas de sacar el carné y te dan un 600 o un Ferrari. ¡Pero hemos aprendido! ¡Se nota!», proclama Carlos.

A lo largo de los años los dos jugadores han mejorado y han disfrutado y aprendido de muchos compañeros y entrenadores. «Como xogador fíxome en Lewis Marshall, para min foi o mellor zagueiro que pasou por aquí, e todos os adestradores que tiven son moi bos, no Vigo son case amigos», desvela Uruburo. Mariano Berlande, que comenzó siendo su entrenador en juveniles y acabó convertido en compañero de equipo, es la referencia de López Marqués. «Primero lo tuve como entrenador y luego como compañero, y era mi referente. El día que descendimos era el de su retirada y recuerdo estar en el campo abrazándolo y llorando». Anécdotas que han dejado un centenar de partidos en un deporte en el que el factor humano va más allá del oval.