«Galicia fixo oír en Vigo a súa voz cunha celebración da democracia na rúa»

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Carlos Punzón / Óscar Vázquez

Carlos Barros fue el impulsor de la marcha con la que 300.000 personas se echaron a la calle en 1977 para reclamar un Estatuto pleno y de primer nivel

10 may 2017 . Actualizado a las 00:38 h.

Nunca antes se había echado tanta gente a la calle en Vigo. Nunca los líderes políticos de derecha, centro e izquierda se habían fundido en una misma cadena humana. Nunca el himno gallego había sonado en Balaídos. Todo ocurrió por primera vez el 4 de diciembre de 1977, el día que Galicia exigió con una sola voz, y desde las calles de Vigo, un Estatuto de Autonomía de primer nivel, como los que negociaban Cataluña y el País Vasco.

«Fun falar con Valentín Paz Andrade e con Víctor Moro [UCD] para convencelos de que tiñamos que esixir con forza desde a rúa unha autonomía plena e que Galicia se fixera escoitar», recuerda el vigués Carlos Barros cuarenta años después de aquella marcha histórica que partió del cruce de Vía Norte con Urzaiz, inaugurando un itinerario reivindicativo con final en el Náutico que se repetiría después en infinidad de ocasiones.

Prácticamente todos los partidos dieron su apoyo a la idea para demostrar al resto de España que el galleguismo existía y que Galicia requería un trato singular en el tránsito de la dictadura a la plurinacionalidad. «Foi unha celebración da democracia na rúa», resume Barros, uno de los líderes de entonces del Partido Comunista de Galicia. «O 4 de Nadal participou a clase media de Vigo, incorporouse a rúa», señala como elemento determinante del éxito de una marcha quedó como un hito con 300.000 participantes. «La manifestación más grande de la historia de Galicia», destacó en titulares La Voz.

«Foi un cálculo rápido e improvisado que fixen vendo que alí estaba todo Vigo e moita xente da provincia, pero hoxe non pasaría o filtro do reconto científico» confiesa. La crónica de La Voz de Galicia apuntó que la Policía Local estimaba en 250.000 los manifestantes al poco de arrancar.

Desde un local de la calle Colón los partidos de la Junta Democrática y los de la Tabla Democrática de Vigo se acabaron fundiendo en una sola plataforma que incluso logró implicar al Ayuntamiento que dirigía Joaquín García Picher, quien acabó también tras la inmensa pancarta con el lema: «Galicia pola autonomía». Paz Andrade, Soto, González Amadiós, Víctor Moro, Xaime Isla, Zulueta de Haz, Gonzalo Adrio y Barros juntaban sus brazos en la cabeza de la marcha.

Carlos Barros destaca que la policía local se pusiese al servicio de la manifestación y que se desintegrase ese día la Policía Nacional, los grises que habían detenido y aporreado a muchos de los que formaron parte de la manifestación. «O gobernador civil, Gervasio Martínez, tiña recoñecido ao PCG como interlocutor xa na manifestación de 1976 pola amnistía, aquela na que se berraba ‘liberdade, amnistía, estatuto de autonomía’». El representante gubernamental aceptó que el Partido Comunista y Comisiones Obreras se encargasen del servicio de orden, después de que sus 800 militantes publicitaran la manifestación en todas las fábricas, grandes empresas y barrios. «Non había policía, non había contra quen berrar e todo saíu con orde», continúa Barros.

El jueves hizo el recorrido de la manifestación en apenas 15 minutos. En 1977 tardaron más de dos horas. «As beirarrúas estaban cheas de xente, as rúas que daban a Urzaiz, José Antonio aínda entón, estaban repletas de xente agardando para sumarse, e cando chegamos ao Náutico moitos estaban en Vía Norte esperando a arrancar», explica.

Antes, por la mañana, Balaídos ya dio muestras de que sería un domingo histórico. El himno sonó por primera vez en la Transición antes de un partido. Se hizo una suelta masiva de palomas y los jugadores del Celta portaron una bandera gallega gigante. «Como Manuel Soto traballaba nunha fábrica de pantalóns foi quen encargou a inmensa bandeira», apunta Barros.

La Coral del Centro Cultural y Recreativo de Teis elevó la emoción en la explanada del Náutico cantando el «venceremos nós» antes de que la periodista María Xosé Porteiro leyese un manifiesto y Paz Andrade pronunciase el discurso final. La Voz recogía una simbólica frase de este último: «Dende agora haberá que cambiar a lenda de que Galicia é unha terra sumisa e atrasada».

«Sen a manifestación do 4 de Nadal, sen aquela manifestación da sociedade civil, Galicia houbera sido unha autonomía de segundo orde», concluye Barros lamentando que aquella cita haya caído en el olvido, hasta por parte del Parlamento gallego.

El gobernador aceptó que en vez de los «grises» el PCG vigilase el orden en la marcha