Los otros muertos de A Gamboa

La Voz

VIGO CIUDAD

GUSTAVO RIVAS

El viejo marinero Carolo no fue el único que cayó abatido en la Reconquista de Vigo: fallecieron seis más en esa puerta y otros doce en las murallas

28 mar 2017 . Actualizado a las 16:44 h.

C achamuiña y Morillo fueron los héroes de la Reconquista durante dos siglos. Pero desde 2009, por el segundo centenario, Carolo tiene una placa de bronce a su nombre en la calle Gamboa. El viejo marinero de O Berbés había sido bastante ignorado hasta entonces. Sin embargo, hay otros héroes desconocidos que esperan su reconocimiento. Son los muertos que cayeron acribillados por las balas francesas en el asalto a las murallas de Vigo en la noche del 27 de marzo de 1809. Y no fueron pocos. Aunque no existe un balance oficial, y las fuentes secundarias son contradictorias _se han copiado unas a otras hasta el absurdo_, algunos testigos de primera mano hablan de otros seis muertos en la puerta de A Gamboa. Y de doce caídos en total en las puertas de Vigo en aquella victoria popular ante las tropas de Napoleón.

Hay quienes sostienen que la Reconquista está sobrevalorada. Que fue un hecho menor. Pero es una pena que no exista el «condensador de fluzo», y la consiguiente máquina del tiempo, para ponerlos allí aquella noche, a ver si les parece poca cosa. Es como esos que querrían vivir en el Egipto de los faraones. Estaría bien verlos jugando al tetris arrastrando bloques de 40 toneladas para construir la pirámide de Keops. Digan lo que digan, cualquiera tiempo pasado no fue mejor.

Así que en la Reconquista murió gente. No siempre fue una fiesta con vino y choripán. De Carolo, sabemos su muerte: «Se admiró la valerosa serenidad de un anciano que murió de un balazo haciéndola astillas», escribe Pablo Morillo. Luego, el capitán Bernardo González del Valle, Cachamuiña, toma el hacha del difunto y continúa rompiendo la puerta, pese a recibir tres impactos de bala en una pierna. Un cuarto disparo le alcanza justo cuando derriba A Gamboa y los vigueses logran penetrar en las murallas.

Pero, según Morillo, hubo más muertos allí. En total fueron siete en A Gamboa: «[Cachamuiña] hubiera continuado si el cuarto [disparo] no le imposibilitase; dos de los suyos le sacaron con trabajo del sitio, y murieron siete; por último, recorriendo yo las filas por medio de las balas para hacer cesar el fuego, pude lograr que mis grandes voces se hiciesen oír, y de una y otra parte paró el tiroteo: a poco tiempo se me presentaron dos oficiales franceses a entregarme las ratificaciones firmadas, y en consecuencia dispuse retirar la Gente a sus puestos, dejando las correspondientes avanzadas».

Se adorna Morillo, dándose protagonismo, que al cabo le vendrá bien para ascender en su carrera militar.

Otra fuente eleva a doce los muertos en el conjunto del asalto a las murallas. Es Pardo de Andrade, coetáneo de la Reconquista. Lo narra de esta forma: «En eso se mandó dar aguardiente a la gente, y pasó orden el bizarro Cachamuíña para aproximarse a la plaza, dirigiéndose con la suya hacia el Castillo del Castro, a quien seguían los de Santa Cristina. Los de Bembrive marcharon hacia la puerta de los Cerdos. Los más del valle del Fragoso, hacia la puerta de la Ribera y castillo de San Sebastián; y los de Santo Antoíño al mando de su comandante por la puerta de la Gamboa. Comenzó el fuego a las nueve de la noche y no duró más que hasta las diez; pues viendo los franceses que los españoles no sólo tenían abiertas las puertas de la villa sino también las del Castillo, tocaron cajas, diciendo que estaban entregados a discreción, que cesase el fuego, que a las ocho del día siguiente, el 28, se entregaría la plaza, y castillos, y que ellos se daban por prisioneros con la condición de que los embarcasen, y llevasen los ingleses».

Pardo de Andrade reconoce el valor de Cachamuiña: «En esta acción salió herido gravemente con tres balazos el bravo Don Bernardo González. Al comandante de las fuerzas de la puerta de la Gamboa le han muerto el hachero [Carolo], después de abrir y franquear la puerta, y tuvo un herido sólo, que fue Santiago Martín, que le atravesó la bala un brazo». El cronista afirma que en todas las murallas se perdieron doce hombres.

Como vemos, uno y otro no se ponen de acuerdo. Siete muertos cuenta Morillo en A Gamboa. Y uno Pardo de Andrade, por un total de 12 en las murallas. Pero ya antes habían muerto muchos, durante la ocupación francesa, según recogen los libros parroquiales de difuntos de toda la comarca. Y siguieron muriendo después, como Pedro Lorenzo, de Zamáns. Así anota su muerte su párroco: «En veinte y nuebe de marzo año de mil ochocientos y nuebe, en la iglesia de esta parroquia de San Mamed de Zamanes, se dio sepultura al cadáver de Pedro Lorenzo, marido de Francisca Rodríguez, el que se ha muerto aier de un tiro de fusil que le dio un Francés al ir para Vigo acompañado de otros muchos».

Y aún en los meses que siguieron murieron muchos más, también en las salvajes expediciones del sanguinario oficial francés Maucune. O en la batalla de Ponte Sampaio que pondría fin a la ocupación de Galicia.

Así que no: la Reconquista de Vigo no fue una cosa menor. Hoy es una fiesta. Pero hace algo más de dos siglos fue un auténtico drama. Quien quiera imaginarlo, que olvide una visión amable. El mejor reportaje gráfico se encuentra repasando los grabados de Goya de la serie Los desastres de la guerra.