La nueva Panificadora: biblioteca estatal, sedes culturales y centro de gastronomía

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

CEDIDA

El proyecto de recuperación se pone en marcha con consenso social e institucional

16 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Décadas de debates y polémicas para recuperar para uso ciudadano la antigua factoría de la Panificadora concluyeron ayer con la elección de un proyecto guía para iniciar de manera efectiva el proceso. Y se hizo mediante el acuerdo unánime del jurado (con participación de Xunta, Concello, Zona Franca y Colegio de Arquitectos) para elegir la opción planteada por los arquitectos Jorge Salgado Cortizas y Celso López Martín, que plantean una intervención suave, despojando al recinto de construcciones innecesarias y abriéndolo a la Praza do Rei.

Ambos detalles fueron destacados por José Luis Pereiro, arquitecto y miembro del jurado, como los que decantaron la balanza a favor de esta propuesta. Y no fue una decisión sencilla dada la amplia participación lograda: 35 iniciativas, de las que se descartaron dos (una por falta de documentación y la segunda por no garantizar el anonimato).

El diseño inicialmente planteado tiene un carácter de propuesta básica, de objetivo buscado, pero podrá sufrir, y sin duda sufrirá, numerosas modificaciones. Ambos profesionales proponen recuperar todo lo de interesante que arquitectónicamente tiene el antiguo complejo fabril y eliminar el resto. Como consecuencia, los 13.000 metros actualmente construidos se quedarán finalmente en 9.000 tras derribar construcciones que no tienen interés, lo que además resaltará el resto.

En cuanto a la conexión con la Praza do Rei, optaron por una serie de terrazas arboladas en descenso, lo que facilitará la visión del mar desde la plaza del Concello y su unión peatonal.

La solución elegida fue defendida de manera entusiasta por la concejala de Urbanismo, María José Caride, y por el propio alcalde. Para Abel Caballero «la ciudad da hoy un paso de gigante para la recuperación de su alma histórica», enfatizó. Recordó como el premio Pritzker de arquitectura, el nobel del sector, calificó la Panificadora en una visita a Vigo de «joya de la arquitectura industrial del mundo». «Me impresionó que lo dijera tras solo un golpe de vista», proclamó.

En el plano práctico, lo que Salgado y López plantean es darle uso a todos los edificios con valor, que son la mayoría. En concreto, sitúan la biblioteca del Estado pendiente de crear en Vigo, en el inmueble de la calle Falperra, donde dispondrá de 2.500 metros cuadrados. El edificio principal más los almacenes tendría utilidad diversa: deportiva y spa en el sótano; «coworking» en la baja; instituto de investigación gastronómica en la primera y en la última, cafetería y restaurante casi volando sobre la ría.

Estará situada también sobre los silos, a los que se prevé dedicar a sala de exposiciones, aunque es un tema abierto. Construidos en hormigón y con las tolvas en su interior, antes será preciso averiguar su grado de conservación una vez retiradas. En cualquier caso, existe acuerdo general en que su pervivencia es la clave de la operación.

Finalmente, el edificio central tendría un destino netamente cultural, un contenedor con espacio para ensayos musicales y salas de teatro y danza.

En su intervención, Caballero agradeció el trabajo realizado por las asociaciones que lucharon por recuperar la Panificadora. En la sala estaba el abogado Matías Movilla, de Outro Vigo é Posible, colectivo que hizo una fuerte campaña en este sentido.

El proyecto no incluye una pasarela a Camelias

Alguno de los asistentes echó ayer de menos en el proyecto una pasarela hasta la calle Camelias para mejorar la accesibilidad. Años atrás se había planteado, pero no figura en la opción ganadora. Nada impide que se incluya en el futuro, siguiendo el modelo de la conexión de A Laxe con el Casco Vello.

Jorge Salgado: «Nuestra estrategia fue hacer lo menos posible en el recinto, hacer arquitectura sin arquitectura»

El arquitecto Jorge Salgado era ayer un hombre feliz mientras no paraba de recibir llamadas telefónicas de felicitación. «Es un triunfo, imagínate. Y acabamos de ganar otro concurso para la ampliación de la Xunta, en San Caetano. También para un centro de salud en Poio, y ahora este», explicaba. Trabaja al alimón con Celso López, aunque tienen separados sus estudios: Salgado en Cabanas y su compañero en A Coruña.

-¿Cómo se les ocurrió participar en Vigo?

-Estamos al tanto de los concursos de todos los sitios. Acabamos de estar en otros en el País Vasco, en Canarias.

-Son de fuera y no estarían familiarizados con el lugar.

-Cierto. Hemos tenido uno o dos meses para prepararlo. Fuimos a visitar el sitio y allí decidimos el camino a seguir para ordenar el entorno y dar uso a los edificios.

-¿Fue sencillo?

-Hubo cosas que decidimos de inmediato. Principalmente, que en la conexión con la Praza do Rei tenían que ser visibles las islas Cíes, que había que mantenerlo como está, no colocar nada. Y como había un nivel de urbanización suficiente, no representaba ningún problema.

-Eso ha sido precisamente muy valorado por el jurado.

-Así parece. También, decidimos llevar a cabo una limpieza de añadidos, de edificios y construcciones que no tenían valor y permitían un conjunto ordenado.

-¿Saben que la decisión del jurado ha sido unánime?

-Nos lo han dicho esta mañana y lo valoramos. Nuestra estrategia a la hora de afrontar el proyecto fue hacer lo menos posible en el recinto, hacer arquitectura sin arquitectura, como decía Alejandro de la Sota. Creo que acertamos y el jurado ha entendido lo que queríamos plantear.

-¿Y los silos?

-En principio hemos pensado dedicarlos a sala de exposición, pero hay que analizar y ver que refuerzo precisan y estudiar como se iluminan. Estamos en una fase inicial en todo el proyecto y se podrán tomar más decisiones según avance.

Jorge Salgado (en la imagen) forma equipo profesional con Celso López Martín

6,5 millones de euros disponibles ya y un horizonte de ejecución de seis años

El camino a recorrer para que la Panificadora sea una espacio recuperado para usos públicos es largo y ahora mismo imposible de cuantificar. Sin embargo, Caballero recordó ayer dos datos que dan consistencia a la operación: el consenso generalizado, que se manifiesta en los 2,5 millones de euros presupuestados por el Concello más los 4 millones de Zona Franca. También, la voluntad política de llevarlo a cabo, como lo prueba el concurso de ideas fallado ayer.

A partir de ahora, los arquitectos ganadores tendrán que diseñar con detalle el proyecto y planificar la tramitación urbanística, dándole una salida técnica perfilada. Una vez llevada a cabo, podrá comenzar el proceso expropiatorio ya que la titularidad del recinto es totalmente privada a excepción del espacio cercano a la Praza do Rei.

El alcalde ofreció ayer un sucinto calendario, que se concreta en dejar todo listo en los dos años que restan de mandato y ejecutar las obras a lo largo de los cuatro siguientes «de manera íntegra». «Pero hemos dado un gran paso, ahora ya sabemos a donde vamos y llevábamos medio siglo esperando esto», señaló Caballero.

Aunque ayer no se mencionó, décadas atrás hubo otros proyectos para la Panificadora que preveían un uso compartido, público y residencial. Entonces solo se garantizaba la pervivencia de los silos, mientras se planteaba derribar las demás edificaciones para construir viviendas. Hoy eso es historia y con su uso público se cuenta con bajar el precio.