La ONU encarga a un vigués que investigue la desigualdad en el mundo

María Jesús Fuente Decimavilla
María jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Estudia las consecuencias de las diferencias económicas, la pobreza y la discriminación

15 mar 2017 . Actualizado a las 10:59 h.

Al enterarse de que se convocaban plazas en las que encajaba su perfil decidió probar suerte y le salió bien. Carlos Gradín, profesor del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, fue contratado por la Universidad de las Naciones Unidad-Instituto Mundial para la Investigación Económica del Desarrollo (UNU-WIDER) para investigar la pobreza y las desigualdades en el mundo. Con tal motivo se ha trasladado a Helsinki, donde tiene su sede el primer centro de investigación puesto en marcha por la universidad de la ONU hace tres décadas. Inicialmente el contrato es por un año, con la posibilidad de ampliarlo, aunque su intención es regresar a Vigo.

Los temas relacionados con las desigualdades sociales, la pobreza o la discriminación le interesan desde siempre. «La carrera académica te permite orientar tu trabajo hacia aquello por lo que tienes un interés especial. Cuando hice el doctorado en Barcelona, tras estudiar la Licenciatura de Economía en la Universidad de Vigo, tuve la suerte de que allí trabajaba Joan Esteban en el CSIC, una referencia mundial en temas de polarización y conflicto, quien además me dirigió la tesis», explica.

Su trabajo se centró en demostrar hasta qué punto la distribución de la renta en un país se polariza entre ricos y pobres, con una clase media cada vez más débil. Proponía formas de medir esa polarización. También estudió con detalle el caso de España y de otros países de la OCDE.

Sobre la situación española en la actualidad, detecta una elevada desigualdad de la renta y una alta incidencia de la pobreza. «La desigualdad ya era elevada antes de la crisis para los estándares europeos, y empeoró como consecuencia del hundimiento del mercado de trabajo», comenta.

En Galicia, como en el resto del norte peninsular, cree que esa desigualdad es bastante menor que en el conjunto de España. Sin embargo, dice, la distribución de la renta se deterioró sustancialmente en los últimos años y no empeoró más, en parte, por el envejecimiento de la población y el destacado papel que juegan las pensiones en las rentas de los hogares.

En cualquier caso, Carlos Gradín teme que «nos tendremos que acostumbrar a una elevada desigualdad en los próximos años. Aunque se está creando empleo, es muy precario y tenemos un sistema de bienestar especialmente débil en cuanto a algunas prestaciones sociales, especialmente en las ayudas a hogares con niños, a la vivienda, o a la inclusión social. La pobreza infantil y juvenil está alcanzado niveles dramáticos, lo que tendrá enormes consecuencias a largo plazo».

Buena parte de su investigación tiene una orientación global, en especial en lo que se refiere a desigualdades por raza o género, y se centra en países caracterizados por fuertes desigualdades arraigadas, como Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos. Esta línea de investigación es la que le llevó precisamente a su puesto actual. «Tenía interés en profundizar en mi trabajo sobre economías en desarrollo y me pareció que un instituto de investigación integrado en Naciones Unidas era el marco óptimo, donde podría aprender mucho a la vez que aportar la experiencia académica de estos años», apunta.

Aparte de la investigación, Gradín es responsable en el centro de Helsinki de la gestión de una base de datos que incluye una recopilación de indicadores de desigualdad para el mayor número posible de años y países. «Esto facilita la investigación sobre las desigualdades en el mundo, o el estudio de cómo la desigualdad en un país afecta a su crecimiento económico», indica. Son temas sobre los que existe un creciente interés, pero en los que su estudio se ve muy limitado por falta de información.

También gestionará programas de visitas de investigadores, tanto de estudiantes de doctorado como posdoctorales, a los que se invita a realizar una estancia de varios meses para trabajar en temas de economía del desarrollo.

De forma progresiva se involucra en iniciativas específicas del instituto, como el proyecto que va a iniciar de Mozambique, en colaboración con el gobierno de ese país y varias universidades. El objetivo es contribuir a mejorar su crecimiento económico de forma inclusiva y sostenible.

Su experiencia en Galicia sin duda le ha servido de mucho. Es el caso del trabajo desarrollado con el grupo formado en la Universidad de Vigo y la Fundación Caixa Galicia sobre la situación en la comunidad autónoma, y el realizado en el 2007 para el informe de diagnóstico del segundo Plan Galego de Inclusión Social, en este caso para la Xunta.

Más recientemente hizo un breve repaso del impacto de la crisis en la desigualdad y pobreza de Galicia, en una publicación del Consello Económico y Social.

A nivel estatal, el profesor vigués ha participado en estudios sobre aspectos como las razones de la elevada pobreza infantil, la situación de la población inmigrante y las diferencias de género en diferentes trabajos académicos, así como en informes para las fundaciones Foessa de Cáritas y Alternativas.

En lo personal

Le llama la atención la oscuridad, lo cómoda que es Helsinki y el ritmo de vida

En lo profesional

Destaca la gran dimensión de la parte técnica y la diversidad de nacionalidades