Dos galeristas gallegas eligen artistas para crear obras «in situ» en bodegas de México

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

El plan de residencias artísticas empezará en mayo en la finca de Vena Cava, en el valle de Guadalupe de Baja California

10 mar 2017 . Actualizado a las 10:00 h.

La crisis del mercado de arte lleva a los profesionales del mismo a buscar nuevas oportunidades de negocio allá donde puedan surgir iniciativas interesantes. «No se puede parar. Si no te mueves, aquí te mueres. Hay que internacionalizarse. Nuestra idea es salir al exterior y vender fuera, que es donde se vende», explica Pepa Gómez Montesinos, directora de la galería Bacelos de Vigo y compañera de viaje de Susana González, directora de la empresa coruñesa Consultarte, para el proyecto que han puesto en marcha juntas.

El plan, que resume en dos palabras: «abrir caminos», consiste en una serie de residencias artísticas en las que los creadores seleccionados pueden desarrollar sus proyectos contando con una base logística, un respaldo económico y un destino para su trabajo, surgió a través de los contactos de las dos especialistas. «Un amigo que ya llevaba un tiempo dándole vueltas a la idea de dinamizar el sector del vino relacionándolo con el arte nos lo propuso. Nosotras elegimos a los artistas que van a ir y hacen un proyecto específico para la bodega, sin convocatoria previa. Entre las dos vamos a ocuparnos tanto de las residencias artísticas como de la colección», indica.

El entorno es el siguiente: comienza en La Villa del Valle, un complejo hostelero y bodega, situado en plena Ruta del Vino de Baja California, sobre 28 hectáreas de un imponente paisaje. Esta región vitivinícola se sitúa en el corredor que atraviesa siete valles y anualmente es frecuentado por 160.000 personas.

La bodega con la que se estrenan se llama Vena Cava y representa a la nueva generación de vinicultores del Valle de Guadalupe que apuesta por nuevos métodos sostenibles de producción. La edificación de la bodega es un ejemplo de integración con el entorno y de sostenibilidad llevada a cabo por los arquitectos de TAC (Taller de Arquitectura Contextual). Fue realizada en base a un proyecto de reciclaje que trabaja con el paisaje, utilizando material de desecho, muchas veces de barcos, para mimetizar el edificio con el entorno y aludir al pasado marino de su dueño, Philip Gregory.

Tijuana y Los Angeles

Los autores seleccionados irán a trabajar a la zona acogiéndose a varios tipos de estancia, que variará entre uno y tres meses. La primera de las residencias arranca en mayo y tienen dos más concertadas, aunque los nombres de los elegidos aún no se han hecho públicos. «Los artistas se quedan allí para desarrollar su proyecto específico en un espacio fantástico y muy sugerente que está en medio del desierto», explica. La bodega se queda con la producción para añadirla a su colección de arte y el resto se expondrán en las bodegas y llevarlo a Tijuana y a Los Ángeles, que está muy cerca. El proyecto está en desarrollo, creciendo cada día, por eso a finales de este mes vuelan al área vinícola llega de bodegas, para negociar la incorporación de alguna más al proyecto y continúan buscando financiación a través de entidades privadas interesadas en el sector. En este momento ya cuentan con el apoyo de fundaciones, coleccionistas e instituciones culturales mexicanas, pero consideran esencial el enclave geográfico.