Susto en la antesala del éxtasis

La Voz VIGO

VIGO CIUDAD

Los incidentes provocados por ultras quedaron en anécdota tras el éxito celeste

24 feb 2017 . Actualizado a las 18:06 h.

La que estaba siendo una estancia marcada por la ilusión a la espera de la llegada del partido de ayer entre Celta y Shakhtar se tornó momentáneamente en susto para cinco de los celtistas desplazados a Járkov. Este grupo salía de un centro comercial cuando se vio amenazado por unos ultras y tuvo que pedir ayuda. Uno de los afectados asegura que hay que vivir una situación así para poder imaginar el miedo que pasaron.

A primera hora de la tarde de ayer, tras comer y realizar unas compras, percibieron que unos tres o cuatro individuos les estaban observando. Siguieron su camino tratando de no darle importancia, pero poco después, al girarse, se sorprendieron al comprobar que unos 40 ultras del Shakhtar les seguían.

Su reacción inmediata fue retroceder y entrar de nuevo en el centro comercial, concretamente en el mismo establecimiento donde acababan de estar. Allí contactaron con el Celta para pedir ayuda y solicitaron también a una empleada que pusiera los hechos en conocimiento de la policía. Alrededor de media hora más tarde se personaron los agentes que se encargaron de escoltarles para que pudieran regresar al hotel. Para ir de allí al campo necesitaron ser escoltados nuevamente.

Un integrante del grupo de celtistas que sufrieron este episodio ya había tenido problemas horas antes. Un ultra se había acercado a él y le había robado un gorro del equipo en la antesala de lo que les esperaba después. Afortunadamente, todo quedó en un susto que empaña el viaje.

Rianxeira en Járkov

Ya en el campo, el sufrimiento fue otro. Volvió la ilusión, que esta vez no tuvo final, y los nervios se apoderaron como no podía ser de otra manera de los celtistas en el Metalist.

También hubo más disgustos provocado por la afición rival y sin presencia policial. Durante el descanso del partido, tres personas quitaron por la fuerza sus bufandas a dos aficionados del Celta a base de empujones. Esas prendas distintivas del equipo vigués acabaron en la zona de los ultras del Shakthtar Donetsk, que las quemaron a modo de burla de la hinchada visitante, de una manera parecido a lo que había ocurrido en Balaídos con algunas pancartas de peñas destrozadas por hinchas del Ajax.

Como compensación, el club ofreció a los afectados, que habían viajado por su cuenta, incorporarse al chárter para regresar a casa. Y el mejor báslamo para olvidar lo sucedido fueron las celebraciones de los goles, momentos de éxtasis. Tras el pitido final, celebración con los jugadores. Y sonó la Rianxeira en Járkov.