El Concello acepta las sillas de ruedas motorizadas en los buses de Vitrasa

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El alcalde entregará hoy los primeros carnés para los usuarios autorizados

21 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde vigués entregará hoy los primeros carnés para que usuarios de sillas de ruedas motorizadas puedan acceder a los vehículos del transporte urbano. De esta forma, el Concello acepta la demanda que desde hace más de un año mantienen los usuarios de este tipo de vehículos, que hasta ahora no podían entrar en los buses de Vitrasa.

Las protestas de los afectados provocaron un rápido cambio de criterio de los responsables municipales, que presionaron a la concesionaria del transporte urbano para que buscara una solución. Sin embargo, han transcurrido nueve meses para que pudiera completarse el proceso.

El problema que se planteaba es que legalmente no podían acceder las sillas motorizadas, que pesan más que las que carecen de motor y son de un tamaño algo superior. Para conseguir una solución se realizaron pruebas con los anclajes y también para comprobar si el tamaño de los buses lo permitía.

Resuelta esta parte, el Concello llegó a un acuerdo con los afectados para que realizaran un cursillo con Vitrasa para familiarizarse con el acceso a los vehículos y los movimientos a realizar en su interior. Con ello se buscaba celeridad a la hora de subir y bajar para que no retrasar los recorridos. Esto se llevó a cabo el pasado verano, y no todos los participantes lo aprobaron. Los que sí lo hicieron recibirán hoy en la Alcaldía el carné que le permitirá el uso de los buses de Vitrasa sin cortapisas.

Según reiteró Helena Suárez, portavoz del colectivo, al no poder moverse en transporte público y tampoco en el vehículo de Vitrasa que usan los discapacitados, no tenían otra opción que recurrir a los taxis. Eso les suponía un elevado coste para desplazamientos al hospital o en verano si querían acudir a Samil.

La problemática del uso del transporte urbano en este tipo de sillas se planteó tras la sonora protesta del Langui en Madrid, que rápidamente tuvo eco en Vigo. Un discapacitado de Teis protestó por los problemas que se le planteaban para acudir al instituto. De inmediato, otro grupo planteó el caso de las sillas motorizadas, y contó con el respaldó del nadador paralímpico Chano Rodríguez.

En declaraciones a este periódico, Rodríguez afirmó que «el transporte urbano es para todos o no es transporte».