En las protectoras del área de Vigo solo hay una media de 40 adopciones al año

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

m. moralejo

A Madroa se queda por debajo del resto de las entidades y los animalistas piden que se lancen campañas

12 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La media de adopciones en las protectoras de animales de Vigo y su área metropolitana de Vigo se sitúa en torno a cuarenta anuales. A esta modesta cifra no se acerca la instalación de A Madroa, según denuncia la asociación animalista Libera. El colectivo destaca que, en los tres últimos años, la tasa de adopción de la protectora viguesa no superó el 5 %., un dato que el Concello no ha confirmado tras los intentos de este periódico por contactar con A Madroa.

A 30 de noviembre del pasado año, la protectora de Vigo acogía 666 animales, de los que 564 eran perros y 102 gatos, según Libera. Achaca el escaso interés de la ciudadanía por adoptar en ese refugio a la ausencia de campañas para fomentarlas. Apunta que una promoción con 25.000 folletos y 500 carteles tendría un coste inferior a los 300 euros y reclama una nueva ordenanza al quedar obsoleta la de hace diecisiete años.

La asociación compara la situación de Vigo con la de otras ciudades como Vitoria, Barcelona o Zaragoza, donde las adopciones se sitúan entre el 70 y el 90 %. En la capital aragonesa existe un consejo municipal de protección animal con carácter consultivo y el sacrificio cero, a no ser que se trate de eutanasia por enfermedad.

En el área de Vigo la única protectora que ha llevado a cabo una campaña en la calle ha sido la porriñesa Lena, en colaboración con el Concello. «Fue impactante porque se colocaron carteles en las farolas, pero los resultados no fueron los esperados. Consecuencia de ella solo tuvimos dos o tres adopciones», explica Belén Machado, una de las responsables de la entidad, que acoge solo a medio centenar de animales, la mayoría perros. A la anterior campaña le siguió otra en Navidades para concienciar a la gente de que los animales no son juguetes.

La otra protectora de Vigo, aunque en este caso no es municipal, es Proyecto Gato. La media anual de adopciones ronda las 40 de los cerca de 280 animales que cuida. «Esta época es de las mejores porque acabó el caos de las fiestas, la gente está más tranquila y adopta más. En febrero y octubre hay un repunte», comenta la portavoz, Fátima Lago.

En su caso, los adoptantes no suelen llegar con exigencias ni supersticiones a la hora de acoger un gato negro, algo que en alguna protectora sucede. «En general, la gente es seria y responsable y busca que se adecúe el carácter del animal al tipo de familia. Se dejan asesorar y les preguntamos si pasan muchas horas en casa, si son dependientes, si tienen niños menores de tres años o un perro», apunta Lago. Las condiciones de adopción no son livianas. Antes tiene lugar una entrevista y se cubre un cuestionario, a lo que sigue una cita y la firma de un contrato.

En este documento el adoptante, que debe ser mayor de edad, se compromete a no enjaular al gato ni extraerle las uñas o cualquier otra amputación por motivos estéticos. No podrá abandonarlo ni entregarlo a terceros, solo a la protectora, que podrá visitarlo para hacer un seguimiento.

En Ponteares, Biosbardos sí que ha advertido que algunos interesados en adoptar rechazan los gatos negros, de ahí que sean los últimos en encontrar dueño. «Con los perros también se da esto, aunque menos acusado. Puede ser por las fotos que ponemos en Facebook, que no salen tan bonitas como en realidad son los animales», explica Sara, una de las voluntarias. Reconoce que lo de los gatos es por superstición y lo de los perros, simplemente por estética. La entidad ponteareana acoge en torno a 200 animales entre el refugio y las casas de acogida. La mayoría de las protectoras recurren a este sistema de casas de acogida para paliar la falta de espacio.